Moscú.

Turquía es el mayor comprador del petróleo que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) roba a Siria e Irak y el propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, igual que miembros de su familia, figuran entre quienes se benefician de ese comercio ilegal, afirmó este miércoles el viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antonov.

Durante una rueda de prensa convocada de urgencia para concretar esta grave acusación, adelantada hace unos días por el presidente Vladimir Putin sin dar detalles, el ministerio ruso de Defensa se apoyó en fotos satelitales, imágenes captadas por aviones y drones, así como en mapas, al describir las tres rutas que, identificadas por la inteligencia militar, utiliza el EI para llevar a cabo el tráfico ilegal de crudo hacia Turquía.

Según datos del estado mayor del ejército ruso, los yihadistas disponen de 8 mil 500 camiones cisternas con capacidad de transportar hasta 200 mil barriles de crudo todos los días y, a consecuencia de los bombardeos de la aviación rusa, esa fuente de financiamiento del EI, que representaba cerca de 2 mil millones de dólares al año, ha sufrido una merma considerable.

Antonov arremetió contra el gobierno turco, cuyo cinismo no tiene límites al estar implicado en un negocio amoral, y puso especial énfasis en atacar al presidente Erdogan y su familia, con inusual dureza desde el reciente derribo de un bombardero ruso SU-24 por cazas turcos cerca de la frontera con Siria.

¿No se preguntan por qué el hijo del presidente turco dirige uno de los principales consorcios energéticos (Necmettin Bilal Erdogan es presidente de BMZ Ltd. compañía de transporte marítimo) y su yerno (Berat Albayark, casado con Summeyye Erdogan) acaba de ser designado ministro de Energía? ¡Qué negocio familiar tan maravilloso!, ironizó el viceministro ruso.

Acusó de mentiroso a Erdogan al recordar que la prensa turca reveló los esquemas de suministro secreto de armas y municiones a las milicias turkmenas en Siria bajo supuesta ayuda humanitaria, por lo cual los periodistas, encarcelados y acusados de traición, esperan la sentencia del juicio en su contra por publicar secretos de Estado.

Antonov no escatimó palabras para descalificar al presidente turco: Erdogan no va a renunciar y va a negar todo, incluso si tiene el rostro embarrado de petróleo robado.

Rusia, de acuerdo con el funcionario castrense, no tiene el propósito de forzar la dimisión de Erdogan; eso –dijo– corresponde al pueblo turco, y sólo quiere cortar esa fuente de dinero que permite a los yihadistas comprar armas y reclutar mercenarios.

Presentamos hoy sólo parte de la información acerca de los horribles crímenes cometidos por los dirigentes turcos, que financian directamente el terrorismo internacional, concluyó Antonov, y ofreció seguir dando a conocer datos sobre el suministro ilegal de petróleo a Turquía y otros países.

Turquía no ha perdido el honor como para comprar petróleo al EI; quien lo dice debe demostrarlo y presentar pruebas. Si hacen esto, no dudaré en renunciar, respondió esta tarde el mandatario turco.

En términos similares se expresó Erdogan en París, el lunes pasado, cuando su homólogo Putin comentó a la prensa, tras su participación en la cumbre del clima, que tenemos suficientes motivos para suponer que la decisión de derribar el avión (SU-24) obedeció al deseo de garantizar la seguridad de las rutas de suministro de petróleo al territorio de Turquía.