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En el Centro Cultural de España mi trabajo además fue maltratado, asegura

Se queja Pablo Jato de que se ha intentado bloquear su documental El espejo del arte
Foto
Fotograma de la cinta, la cual se ha querido arrinconar, señala el realizador
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de diciembre de 2015, p. a11

El espejo del arte es un documental que aborda al mercado del arte contemporáneo.

Desde su estreno, la cinta ha causado algunas reacciones polémicas y también, según su realizador, Pablo Jato, se le intentó censurar. Esto lo veo en los bloqueos, en el silencio, en la manera de arrinconar un producto y no permitirle ningún foro para su difusión.

Afirma que eso le sucedió en algunos recintos, como en el Centro Cultural de España (CCE).

Jato comenta que ese recinto, primero, había mostrado interés en el filme, prometiendo al realizador abrir las puertas de las instituciones españolas para su difusión.

Sin embargo, luego de verlo, le solicitó algunas condiciones para promoverlo, como quitar una escena en la que un artista aparece con una playera con la leyenda Rajoy Dimisión.

El cineasta se negó a editar la película. Aun así, señala que el centro lo invitó a ofrecer una función, en la que al final se haría un debate.

La proyección se hizo; no hubo discusión, pero sí maltrato a mi trabajo con insultos, asegura. Nunca hubo discusión: sus invitados establecieron un ataque premeditado y abusivo para tratar de destruir el trabajo.

Explica que una persona, de nombre Jota Izquierdo, “tuvo libertad, en toda la hora que duró el acto, para insultarme de forma constante y menospreciar el trabajo. Utilizó toda clase de improperios, como ‘mezquino, arbitrario, impostado, terrible, vulgar, desvergonzado, puto, cobarde, malísimo, panfleto, demagogo, reaccionario, ridículo, obsoleto, ignorante (repetidas veces) incapaz, manipulador, basura, populista, provocador...’ El moderador jamás pidió el respeto mínimo a los panelistas por más que lo solicité.”

Respuesta del embajador

Jato asegura: Jamás contesté a provocaciones por respeto al CCE y a los presentes. Me conduje con honestidad; exijo una disculpa pública.

Asegura que pidió un reunión con el embajador Luis Fernández-Cid, quien en una carta le respondió: Le comento que he tenido conocimiento de sus escritos, así como de la respuesta enviada a usted por el Consejero Cultural y considero que, en la misma, se le aclaran todas sus posibles dudas o quejas, por lo que no veo necesario el encuentro que me solicita.

Jato indica que el director del centro, Carlos Ruiz González, se niega a admitir lo que pasó. Pero que la intención era hundir el documental.

Acepta haber recibido críticas duras del sector cultural, pero es normal. Una cosa es recibir críticas y otra que te estén chingando.

Comparte con La Jornada la carta del titular del CCE. El funcionario asegura: Nosotros no filtramos al público que acude a nuestras actividades... Le informo que lejos de ser mis amigos, las personas que compartieron el estrado con usted son profesionales reconocidos en el mundo del arte en la ciudad de México. Es más, desde un primer momento se le indicó por escrito que podía sugerir los nombres de las personas con las que le gustaría participar No lo hizo. Le presentamos estos tres nombres y no tuvo problemas en aceptarlos. Personalmente, nunca había coincidido con Patricia Conde, una sola vez con el señor Jota y alguna más con Blanca de la Torre...

Abunda: “No me gustaría que siguiera alimentando esta pretendida e inexistente nueva controversia sobre la base de un ‘ataque premeditado’ a su trabajo desde esta institución cultural. Sus argumentos no se sostienen. Entiendo que su rabieta sea la consecuencia lógica de la frustración que le produjo no poder defenderse con argumentos sólidos de las acusaciones que contra usted se vertieron durante el debate. Así que le rogaría que se abstuviera de realizar acusaciones y comentarios falsos e injuriosos sobre el centro que dirijo porque ninguno de ellos es cierto. Sólo existen en su imaginación”.

Agrega: Lo que no puede pretender es que los representantes de los galeristas, curadores y artistas sobre los que arroja serias dudas sobre la profesionalidad de su trabajo en su documental, compartan un espacio de debate con usted y le alaben la visión que ofrece de sus profesiones.