Luego de asegurar que la política migratoria de México en la frontera sur se ha endurecido en el año reciente, el quinto visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Édgar Corzo Sosa, dijo que en este lapso han aumentado de manera significativa, entre 22 y 35 por ciento, el número de denuncias y gestiones en favor de las garantías fundamentales de los migrantes, principalmente centroamericanos.

Dijo que esta política de contención migratoria aplicada por el Instituto Nacional de Migración (INM), que incluye la decisión de impedir que sea abordado el tren de carga conocido como La Bestia, como solían hacer en su trayecto hacia Estados Unidos, ha propiciado que las personas migrantes busquen nuevas rutas.

Y, en consecuencia, los flujos migratorios se han desviado hacia cruces clandestinos utilizados por el crimen organizado para el tráfico de drogas, armas y personas, lo que ha expuesto a mayores riesgos a los migrantes.

Informó que hasta el momento las quejas recibidas por la CNDH son 502, mientras las gestiones en favor de personas migrantes son más de 10 mil. Además, este año se han atendido a casi 48 mil personas en las estaciones migratorias, y otras 13 mil 200 en los albergues y casas de migrantes.

Desde el último trimestre de 2014 hemos visto un endurecimiento en la supervisión por las autoridades migratorias; situación que se refleja con claridad en el aumento de las detenciones en casi 40 por ciento, en la población adulta, y casi 30 por ciento entre los menores de edad, según las cifras proporcionadas por la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, dijo Corzo Sosa.

El funcionario citó, con base en las cifras oficiales proporcionadas por el INM, que durante 2014 fueron 119 mil 714 personas centroamericanas devueltas a sus países, cifra que se alcanzó en los primeros ocho meses de este año. Se estima que el número de migrantes centroamericanos devueltos a su país alcance los 180 mil personas en 2015.

En entrevista, lamentó que México, como la mayoría de los gobiernos nacionales, ha centrado sus esfuerzos en contener el flujo migratorio, dejando de lado, en muchas ocasiones, la visión más importante, que es el de las personas, sus necesidades y derechos humanos.

Dijo que la mayoría de quejas recibidas, y que obligaron a la intervención de la CNDH, se deben esencialmente a que en las estaciones migratorias no les comunicaron sus derechos, la prohibición en el uso de alguna zona de la misma estación, falta de condiciones dignas y de alimento, así como una estancia prolongada e indebida en la estación.

Informó que la CNDH, mediante la Dirección General de Atención a Migrantes y oficinas foráneas, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil, se ha dado a la tarea de documentar la situación de violaciones a los derechos humanos de los migrantes, integrar las quejas y elaborar un diagnóstico encaminado a recomendar cambios a la política de contención, con un parámetro de respeto a los derechos humanos.

Debe haber una supervisión de la migración, pero siempre vista de manera integral como un derecho humano, dijo el funcionario, quien consideró que lo ideal es que los estados proporcionen a sus nacionales las condiciones mínimas necesarias que garanticen y protejan sus derechos para evitar la migración involuntaria o forzada.