Lectores de todas las edades acudieron a diversas actividades en la explanada de Bellas Artes
La celebración sirvió de fondo para dar a conocer la nueva edición que el FCE lanzó del clásico
Lunes 23 de noviembre de 2015, p. 8
Decenas de lectores aficionados y conocedores de todas las edades se reunieron ayer en la explanada del Palacio de Bellas Artes desde las 10:30 de la mañana para conmemorar los 150 años de la publicación de Alicia en el país de la maravillas, la clásica obra literaria escrita por Lewis Carroll (1832-1898).
Para el festejo se organizó una lectura de los tres primeros capítulos a cargo de los actores Tiaré Scanda y Everardo Arzate, un taller denominado El mural de los objetos perdidos y una teatralización del clásico cuento.
El festejo también sirvió para dar a conocer la nueva edición de Alicia en el país de las maravillas, coeditada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con traducción de Ignacio Padilla (con colaboración de Ix-Nic Uruegas) e ilustrada por la artista francesa Rébecca Dautremer.
Buena convocatoria
La lectura convocó a parejas y grupos de jóvenes, así como a padres de familia con sus pequeños hijos que, atentos, escucharon sentados y de pie bajo la carpa que se instaló en la explanada de Bellas Artes las extraordinarias y mágicas aventuras de la pequeña Alicia, quien al perseguir a un conejo que apareció súbitamente ante sus ojos cayó accidentalmente a un agujero que la llevaría a explorar un mundo subterráneo, de escenarios y paisajes fantásticos, habitado por estrafalarios seres, como el entrañable Conejo Blanco, El Sombrerero Loco, la Oruga Azul, el Gato de Cheshire y la Reina de Corazones.
“¡Cómo perderse los 150 años de la publicación de Alicia en el país de la maravillas!”, expresó Ixchel, de 18 años, quien se dice “fanática de las películas y los libros que tratan sobre ella.
La primera vez que lo leí fue en primer año de preparatoria y me gustó mucho. No tenía mi propio ejemplar, pero aquí vimos que lo estaban vendiendo en una edición especial y mi papá me hizo el favor de comprármelo. Me encantó la edición, el color y las ilustraciones. El personaje es muy hermoso y sublime. La lectura de esta edición es muy accesible y nada complicada, como el libro clásico, el primero que leí.
En esta edición Alicia es una chica morena, de grandes ojos oscuros, de pelo lacio y corto. No es la rubia de ojos azules que conocemos de Disney, sino que si uno ve las fotografías de Lewis Carroll, se da uno cuenta de que es morena y esta es la que más se acerca a la que el autor imaginó, aunque cada quien se puede figurar su propia Alicia, hasta yo puedo serlo
, manifestó Ixchel.
Óscar, de 30 años, quien ya conocía la obra, coincidió en que las ilustraciones son magníficas. Capturan mucho la esencia que Carroll retrató de ese mundo de las maravillas y, a reserva de leerlo con más detenimiento, es una lectura que acerca a los muy pequeños y a los jóvenes, a los que la conocen y a los que por primera vez lo leen
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Luego del breve taller, en el que pequeños de cuatro a seis años dibujaron en una cartulina algunos objetos que aparecen en el cuento, un grupo de narradores orales del FCE cautivaron al público con una divertida lectura teatralizada de un par de capítulos de la obra literaria escrita por Lewis Carroll, seudónimo del matemático y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson.
Actividades simultáneas
Elia Sánchez, Elia Crotte, Gerardo Méndez, Raúl Pérez e Ignacio Casas retomaron la traducción de la nueva edición y como si fuera programa de radio representaron momentos como el té de locos y el juego de croquet de la Reina de Corazones, que acompañaron con cancioncillas y tonadas en vivo compuestas por Elia Crotte, que fueron coreadas por pequeños y grandes.
De acuerdo con los organizadores, se llevaron a cabo actividades de manera simultánea en la Biblioteca Vasconcelos y en el Museo de los Ferrocarrileros, donde hubo una lectura y un taller en los que participaron María Aura y Mirta Renée, así como el colectivo Pena Ajena, integrado por Ulises Paniagua (poesía y voz), Miguel Ábrica, Álex Mariñe y Charly Massa (cantautores), Noáh (música y voz poética) y Efyl Rotwiller (hip hop), con la intervención pictórica de Gustavo Medina, quienes propusieron una experiencia sensorial a través de la creación artística y la improvisación
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