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Messi reapareció; ingresó al minuto 57 y participó en la jugada del último gol

Barcelona ridiculizó 4-0 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu

Fue un partido memorable, señala Luis Enrique

Duele perder de esta manera: Benítez

Perros rastreadores, policía montada y helicópteros entre las medidas excepcionales de seguridad

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Luis Suárez festeja su primera anotación al minuto 10. A la derecha, el merengue Cristiano Ronaldo, quien salió frustrado del encuentroFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de noviembre de 2015, p. a13

Madrid.

El Barcelona dio ayer un demoledor golpe en la liga española al golear 4-0 como visitante del Santiago Bernabéu a un Real Madrid que quedó ridiculizado ante el juego azulgrana.

El derbi hispano tuvo un inicio emotivo con una gigantesca bandera de Francia, la interpretación en piano de La Marsellesa y un minuto de silencio en homenaje a las víctimas mortales de los recientes atentados en París.

Luis Suárez y Neymar pusieron una clara ventaja visitante en el descanso y Andrés Iniesta y otra vez el uruguayo completaron la goleada en la segunda parte.

La hinchada merengue no aguantó y despidió el partido con abucheos contra su equipo, el entrenador Rafael Benítez y el presidente del club, Florentino Pérez, a quien pidieron su dimisión.

El equipo de Luis Enrique se alejó seis puntos de los madridistas.

El Barça ofreció un partido memorable, mientras el Real Madrid, sin una sola respuesta táctica, fue una sombra de sí mismo, un equipo sometido y superado. Tanto, que su hinchada explotó cuando llegó el descanso y el estadio fue un único grito: ¡Florentino, dimisión!

Hacía muchísimos años que la afición blanca no exigía responsabilidades a su presidente.

Si el cuadro catalán hubiera necesitado más goles, los habría anotado. O eso pareció: tal fue su superioridad. Con Iniesta convertido en un gigante y con dominio absoluto de la medular manejó todos los tiempos del encuentro. También ganó cada duelo individual.

Quimera que nunca sucedió

La solución que propuso el técnico local, Benítez, fue dejar arriba a Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Karim Benzema y James Rodríguez en espera de que les llegara un balón largo, que éste fuera prolongado y el delantero en turno corriera 30 metros para anotar. Una dulce quimera que nunca sucedió.

El cuadro culé se adelantó al minuto 10 con un gol de Suárez, tras una gran jugada de Sergi Roberto. El gol fue un resumen de la primera parte: inferioridad merengue en el mediocampo, movilidad azulgrana y alta definición de sus cracks.

Barcelona reafirmó su superioridad al 39 con un tanto de Neymar, tras una espectacular jugada de Iniesta, y en el minuto final de la primera parte Marcelo sacó bajo los palos un remate de Suárez.

El árbitro mandó al descanso y el Santiago Bernabéu comenzó el festival de abucheos. Primero a su equipo y luego, inesperadamente, al presidente del club.

Vio su equipo ridiculizado por un Barça imperial, y sin Lionel Messi. El argentino, recuperado de su lesión, asistió a la exhibición de sus compañeros desde el banquillo durante 57 minutos.

El Real Madrid esbozó una tímida reacción en la segunda etapa con los disparos de Marcelo y Rodríguez, pero los culés abortaron cualquier atisbo de remontada blanca con un gol fulminante, al minuto 52. Fue tras una gran combinación entre Neymar e Iniesta, que concluyó con un espectacular cañonazo del español.

Luego entró Messi al terreno de juego. Más dinamita para un Barcelona que quería más. Y las oportunidades azulgranas seguían llegando ante un rival desconcertado, aniquilado y despersonalizado. Ningún jugador del Real Madrid pareció rebelarse ante el ridículo.

La goleada concluyó al 74 minutos con una asistencia de Leo, que permitió el mano a mano de Suárez, quien definió con mucha calidad ante Keylor Navas.

El cuadro catalán consiguió así un resultado histórico ante la impotencia madridista, personificada en un Isco que se autoexpulsó con una patada a Neymar.

Barça no sólo se confirmó como líder indiscutible en la liga española, sino que con Messi ausente durante casi una hora metió a su gran rival en una crisis de imprevisibles consecuencias. Benítez y Florentino Pérez tienen motivos para temblar.

Sabe a gloria bendita por la manera como lo conseguimos. Es el eterno adversario. La rivalidad está ahí y es normal y lógica, manifestó el técnico Luis Enrique tras el encuentro.

Y agregó: Fue un partido memorable. Los dos tenemos los mismos objetivos y sabe mejor siendo tan superiores. Hicimos lo que pretendíamos. Fue una primera parte completísima. Luego controlamos el partido y tuvimos muchas ocasiones de gol. Hubo más mérito del Barça que demérito del Madrid. Dimos una alegría a la afición.

Respecto del inicio de Messi en la banca, explicó: “Lo decidí durante la semana. Quise saber su opinión y fue relativamente fácil. Leo también lo entendió”.

Sobre Iniesta, quien hizo un gran partido y fue ovacionado por propios y extraños, comentó: (Andrés) es patrimonio de la humanidad. Tenemos la oportunidad de contar con un jugador único, con ojos en la nuca y al servicio del equipo.

Benítez, en tanto, criticó a sus pupilos tras el partido: Los jugadores que empezaron el partido tienen calidad suficiente para hacerlo mejor de lo que lo hicieron.

Lamentó que su equipo pagara caro los errores cometidos: Nos duele mucho perder y de esta manera. Me preocupa recuperar al plantel anímicamente para el próximo partido.

Interrogado por la alineación inicial, en la que dio entrada al colombiano Rodríguez y al francés Benzema, pese a llevar varias semanas lesionados, respondió: Hago la alineación tratando de gestionar el grupo que tengo.

Alta protección y rating

Perros rastreadores, policía montada, helicópteros y centenares de agentes fueron las medidas excepcionales de seguridad que rodearon este sábado el clásico español.

Unos mil uniformados fueron desplegados para proteger el estadio y otros mil 400 guardias de seguridad apoyaban la operación.

El partido, al que asistían 81 mil espectadores, fue calificado de alto riesgo por las autoridades y los aficionados tuvieron que someterse a cacheos, a largas filas y a verificación de identidad para ingresar al estadio.

Fue considerado el encuentro de futbol más importante a nivel internacional, pues fue retransmitido al mundo entero por televisión con una audiencia estimada en 500 millones de espectadores.