Hoy será día de payasear y rocanrolear, de animar a los niños de todas las edades a que no sean rancheros y coreen y bailen las rolas heavy y light del grupo ¡Qué Payasos!, que presentan La pastorrola tibetana en el Centro Cultural Helénico, a las 13 horas.

Es un espectáculo de rock para niños y no tan niños, del que sólo se harán tres funciones, del 21 de noviembre al 5 de diciembre.

En entrevista, el payaso Beto Batuca informó que este trabajo lo muestran tras su exitosa participación en el tercer Encuentro Internacional de Clown de la Ciudad de México, que terminó la semana pasada. “La pastorrola tibetana es un acercamiento a la Navidad... ¡que está en peligro! Alguien pretende hacerse de ella para cobrar derechos autorales y negar la dicha de esta festividad al mundo; pero, ¿de quién es esta aberrante idea? ¿Qué mente perversa ha tramado esto?

Por eso ¡Qué Payasos! descubrió que se trata de los temibles chinos, quienes pretenden, al igual que lo hicieron con la Virgen de Guadalupe y el Himno Nacional, apoderarse de los derechos autorales de la Navidad; entonces secuestran al Niño Dios, para que al final la Navidad también sea pirata, del mismo modo que miles de productos de consumo nacional e internacional.

Beto Batuca con ¡Qué Payasos! defenderá el derecho a celebrar, como cada diciembre, y es que sin cena, posadas, ponche, regalos y diversión no habría Navidad.

¡Qué Payasos! está integrado por Nacho Mostacho y Beto Batuca, dúo extravagante y siempre entretenido que garantiza carcajadas. Como payasos... ¡se pintan solos!

Beto dijo: “El payaso es un artista que tiene que ver con la época y desarrolla un lenguaje para comunicarse. El payaso se ríe, se cae, se levanta, y si se vuelve a caer, se vuelve a levantar, lo cual es contradictorio en este país, donde hay quienes se caen y no quieren levantarse. Hay miedo de hacer el ridículo, pero de éste está hecho la vida. El payaso es un espejo y ¡Qué Payasos! ha fusionado las cualidades de estos artistas con el rocanrol, que es como el niño travieso de la música.

“El ser humano tiene la inmensa posibilidad de hacer el ridículo para defenderse. En México, si a alguien se le dice payaso, se ofende. Esto se repite en otros sitios. La connotación en México es terrible y se le sigue viendo como alguien que no vale, una persona corriente, para niños poco inteligentes. Para cambiar esa idea es necesario que haya más educación, pues en países de Europa, por ejemplo, para ser payaso se estudia y se le reconoce como artista.

Aquí nunca hay presupuesto para pagar a un payaso. Nosotros no cobramos caro, pero las instituciones nunca tienen dinero para espectáculos para niños. No es así en el caso de los payasos extranjeros. Aquí sigue habiendo malinchismo. Quiero decir que no somos racistas ni discriminadores, ya que ¡Qué Payasos! siempre ha sido abierto a todas las posibilidades de expresión.

La pastorrola tibetana se presentará en tres funciones los sábados, a las 13 horas, del 21 de noviembre al 5 de diciembre, en el teatro Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn. La escenificación tiene una duración de 90 minutos y costo por boleto de 200 pesos.