Los últimos dos mexicanos en el cuadro de singles cayeron en la segunda ronda del Abierto Juvenil Mexicano de tenis, que se lleva a cabo en el Centro Deportivo Chapultepec.

Alejandro Hernández sucumbió 6-7 (1-7) y 4-6 ante el francés Geoffrey Blancaneaux y Luis Morfín por doble 4-6 frente al argentino Valentino Caratini.

El entrenador Nicolás Guízar se mostró satisfecho pese a la la derrota de Hernández, uno de los jóvenes que entrena en Tampa, Florida, en un proyecto que incluye a otros dos nacionales: Guillermo Castañeda y Marcelo Sepúlveda, un año menores.

Compartió que Alejandro, quien ha trabajado en el programa desde hace tres años, tiene buen desarrollo, es un niño de 16 en un partido duro contra el 49 del mundo, así que estamos contentos, debe seguir madurando más, aprender a cerrar en situaciones importantes, comentó tras el partido que el acapulqueño sostuvo ante el galo Blancaneaux, quien disputa su último juvenil Sub-18.

Creo que los tres darán muchas satisfacciones a México. Es cuestión de seguir trabajando, están chicos pero vienen bien formados. Empecé con ellos a los 13 años, anotó el entrenador, quien los respalda con la academia, además de ayudarlos a conseguir apoyos de Telcel y de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.

Santiago Suárez, Edson Ortiz y Luis Flores son puntales en la enseñanza de Guízar, quien no cesa en el intento de lanzar a jugadores al profesionalismo, aunque está consciente de que el camino colegial siempre es la opción que acompañará la formación de los tenistas.

Es un paso complicado, admitió: “El tema del colegial es aparte. El jugador a los 18 años tiene que marcarse con sus resultados, si brinca al profesional o va uno o dos años al college. Es muy importante para la formación mental del jugador; igual les ayuda para eso.

En cuanto al bache que crece en el tenis mexicano, dijo que en México llevamos 20 años, arrancamos con un proyecto, lo paramos. Falta mucha unión. Ojalá la tengamos en algún momento.

Reconoció el trabajo que realiza Alain Lemaitre con otro grupo de adolescentes en Mérida, aunque admitió que lejos de avanzar, en el tenis mexicano “hay un retroceso muy grande, entre jugadores; no se hizo un buen trabajo en los últimos siete, ocho, diez años, y ahí está el precio.