La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que permite el uso recreativo de la mariguana y considera que la prohibición del consumo va en contra del libre desarrollo de la personalidad es otro capítulo de la ignominia en la historia jurídica del país.

La arquidiócesis primada de México, en su editorial Desde la Fe, señaló lo anterior y cuestionó: ¿cómo y de qué forma los daños a la salud ocasionados por la mariguana fueron minimizados y desplazados, para decir que un toque de mota lúdica y recreativamente no es tan perjudicial?

Esta resolución demostró la crisis de un sistema pervertido, fincado en el individualismo, arraigado en la cultura de la muerte, sostuvo, y añadió que ahora un grupúsculo de ministros impone decisiones contra la mayoría.

La arquidiócesis, que dirige el cardenal Norberto Rivera Carrera, hizo ver también que no se tomaron en cuenta estudios que señalan que el consumo de esta droga puede desatar diversas enfermedades mentales, desde la depresión hasta la sicosis, sin dejar de lado afectaciones que ponen en riesgo la seguridad de las personas.

Incluso, apuntó, un reporte del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones establece que los jóvenes menores de 18 años es el grupo que más sufre el embate de las drogas, amén de que el incremento, año tras año, en el número de consumidores, continúa y no necesariamente es por decisiones libres que fomenten el desarrollo de las personas.

También planteó que los ministros de la Corte son liberales y que su resolución incuba el embrión de la destrucción, imponiendo un modelo de vicios que, aunque no deberían perjudicar a terceros, lleva implícita la generación de una sociedad decadente, enferma, por decisiones envueltas en la bruma falaz de la minoría supuestamente racional e ilustrada.

Concluye que la infausta dictadura de la SCJN, cuyas extralimitaciones urge que sean frenadas, tiene que verse limitada para evitar su desmesurado poder y para que recupere su verdadera misión en favor de la sociedad, y no de los hobbies que dañan los valores universales.

Por otra parte, el cardenal Norberto Rivera Carrera, en la misa de ayer domingo en la Catedral Metropolitana, oró por las víctimas de los atentados en París, Francia.