La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó por mayoría el dictamen de la minuta con proyecto de decreto para reformar la Constitución en materia de desindexación del salario mínimo.

La medida no implica un incremento inmediato a dichas percepciones; pretende revertir la distorsión de esa figura, pues se ha contemplado como referente de valor de mercado y no como un derecho en favor de los trabajadores.

A la fecha, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos se ha encargado de poner tope a los incrementos de estos sueldos, a grado tal que de 1980 a la fecha –según cálculos oficiales– ha perdido 76.86 por ciento de su valor real.

Daniel Ordóñez Hernández, (PRD), presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, expuso que la pérdida de los minisalarios se acompaña del aumento en los precios de los productos alimenticios, desvirtuando la relación entre la ganancia de los trabajadores y el consumo de éstos. En teoría, una persona debería trabajar una jornada de ocho horas para adquirir no sólo alimentos, sino vestido, calzado y hasta recreación.

De ahí la urgencia de aplicar la desindexación, y a partir de ahora ya no podrá ser utilizado como índice, unidad, base, medida o referencia para fines ajenos a su naturaleza, dijo.

Al contrario, se establecerá una diferenciación entre los salarios mínimos generales –que regirán en las áreas geográficas que se determinen– y los mínimos profesionales.

Ordóñez Hernández expuso también que el dictamen a la minuta del Senado habrá de presentarse ante el pleno de la Cámara de Diputados la próxima semana, para lo que cuenta con el respaldo de la mayoría de los grupos parlamentarios, porque manifiesta un alto contenido social.

Así culminaría el proceso legislativo en el tema de la desindexación de los salarios mínimos. La primera fuerza política que lo impulsó fue el PRD en el Distrito Federal, donde ya se aplica modificando las condiciones salariales de los trabajadores en la capital de país.

Con la aprobación de la minuta se eliminan los obstáculos que en décadas se habían impuesto a dichos sueldos, impidiendo su crecimiento. Ahora se elimina la excusa para no aumentarlo.