Atenas.

En el primer paro laboral que enfrenta el gobierno de izquierda de Alesxis Tsipras, miles de trabajadores, desempleados, jóvenes y jubilados salieron este jueves a las calles de varias ciudades griegas para manifestarse contra las nuevas medidas de austeridad exigidas por los acreedores, y que van aparejadas al tercer préstamo concedido al país. Las marchas, en las que participaron unas 120 mil personas, fueron convocadas por los principales sindicatos en protesta a las duras directivas neoliberales impuestas desde Bruselas.

El paro de 24 horas recibió el paradójico apoyo del oficialista Syriza, que denunció las políticas antisociales exigidas por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y el Fondo Europeo de Estabilidad.

Unos 20 mil se reunieron en Atenas y 8 mil en Tesalónica.

Cerca de la plaza Syntagma, en Atenas, unos 150 jóvenes atacaron comercios; con barras de hierro y trozos de mármol destrozaron paradas de autobuses e incendiaron un vehículo de la compañía de telecomunicaciones OTE. La policía los dispersó con gas lacrimógeno.

El paro contra alzas de impuestos y proyectos de reforma al sistema de pensiones paralizó los servicios públicos y el sistema de transporte, incluido el aeropuerto que canceló decenas de vuelos domésticos.

El funcionamiento de los hospitales se limitó a los servicios de emergencia y los museos y sitios arqueológicos permanecieronn cerrados. El paro contó igualmente con amplia adhesióón entre los periodistas.

El paro se realiza en coincidencia con la presencia en Atenas de una misión de supervisión de las reformas prometidas en julio pasado a cambio de un rescate de 86 mil millones de euros, escalonados en tres años, y de la permanencia del país en la zona euro.

Ese fue el tercer rescate, después de los de 2010 y 2012 por un total de 240 mil millones de euros, condicionados a severas medidas de austeridad.

El desempleo tuvo en septiembre un reflujo de medio punto porcentual, pero aún afecta a casi un cuarto de la poblacióón (24.6 por ciento), según datos oficiales divulgados este jueves.

Tsipras, que llegó al poder con un programa antiausteridad, renunció en agosto, pero fue relecto en septiembre con mayoría que ya no incluye al ala más crítica de Syriza. Ahora enfrenta presiones para adoptar otras medidas impopulares, so pena de no recibir el próximo tramo del rescate, de 2 mil millones de euros.