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De nuestras Jornadas

Malabares electorales

E

sta semana se inició en Aguascalientes el proceso para reponer la votación en el primer distrito federal, anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a causa de la intervención del gobernador. Los aguascalentenses tendrán que salir a votar el 6 de diciembre para elegir al diputado que le falta al Congreso de la Unión.

Los partidos políticos no han sabido aprovechar la oportunidad que ofrece esta repetición para incluir a los ciudadanos en un ejercicio democrático. Con la evidente finalidad de gastar el finaciamiento público, en esta ocasión sólo seis institutos registraron candidatos e incluso modificaron sus alianzas. El caso más notorio es la coalición de Nueva Alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), lo que de entrada dificulta al Partido Revolucionario Institucional (PRI) que su candidato vuelva a ganar por una mínima diferencia. Nada justifica que vayan juntos; no hay ni un esbozo de agenda legislativa conjunta. La finalidad es que el PAN se lleve carro completo mientras el Panal juega a encarecer la franquicia con vistas a la siguiente elección de presidentes municipales y gobernador.

Al PRI no le ha quedado más remedio que cargar el desprestigio del Partido Verde Ecologista de México para asegurar que el próximo año siga siendo su aliado.

El resto de los partidos juegan a perder. Movimiento Ciudadano ni siquiera consideró postular un candidato, mientras el Partido de la Revolución Democrática cedió sus derechos en una alianza con el Partido del Trabajo, con la supuesta intención de ayudarlo a que no desaparezca, aunque los perredistas nuevamente se concentran en vender caro su amor al PAN en la elección siguiente. Los demás partidos tampoco se tomaron en serio la elección extraordinaria. Se asumen ya como figuras secundarias y sus candidatos entran al juego con la evidente intención de justificar el presupuesto.

Todos los candidatos han prometido que harán lo posible para que el 6 de diciembre los porcentajes de votación sean mucho más altos. Pero es sólo una promesa, porque ninguna de sus acciones indica interés en promover la participación ciudadana. En resumen, malabares.