Carlos Navarrete y Héctor Bautista renunciaron ayer a la presidencia nacional y a la secretaría general del PRD, respectivamente, cargos que ocuparon durante 13 meses, de los tres años para los cuales fueron electos.

Las dimisiones, con carácter de irrevocable, se dieron la víspera de que el Consejo Nacional del partido elija a sus sucesores: Agustín Basave, para la presidencia y, se perfila, Beatriz Mojica para la secretaría general.

Por este último cargo, sin embargo, se ha desatado una pugna en Nueva Izquierda, corriente a la que corresponde nombrar al sucesor de Bautista, porque hay varios aspirantes, además de Mojica: Mary Telma Guajardo, Alfa González, Ángel Ávila y Verónica Juárez.

De las negociaciones dentro de las tribus y entre líderes de las corrientes dependerá que hoy otros integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) presenten su renuncia. Hasta ayer por la noche se mantenía que los titulares de al menos cuatro carteras –Finanzas, Gobierno y Enlace Legislativo, Alianzas, así como Electorales– dimitirán y, por tanto, serán sustituidos.

Las renuncias de Navarrete y Bautista se dieron tras la debacle electoral que el partido tuvo en los comicios del 7 de junio pasado, y en medio de la crisis que desató la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, tras llevar a José Luis Abarca a la presidencia de ese municipio.

Antes de entregar personalmente su renuncia y la de Bautista al presidente del Consejo Nacional, Ángel Ávila, durante un encuentro con medios, Navarrete manifestó que vivió 13 meses de una dirigencia intensa y turbulenta, “como ha sido toda mi carrera política… Mañana dormiré tranquilo”.

En la carta planteó que su renuncia es para fortalecer y contribuir a la vida democrática e institucional del partido.

Con ello abrió el proceso de sustitución de la dirigencia nacional, una vez que se informe a los 403 consejeros nacionales, en su sesión de hoy, que presentaron su dimisión.

Ávila confirmó que se procederá conforme al artículo 93, inciso r de los estatutos del partido, para que el nombramiento de los sustitutos, que concluirán su encargo en 2017, sean elegifos por dos terceras partes del consejo.

Manifestó que, durante una hora, la mesa directiva recibirá solicitudes de aspirantes a la presidencia nacional, a quienes se darán 15 minutos para que expongan sus propuestas, aun si van en fórmula.

La elección será por voto nominal y para los nombramientos se requiere la aprobación de dos terceras partes de los consejeros asistentes. Incluso si se presenta fórmula única.

Ayer, en reunión previa, dirigentes de todas las corrientes consensuaron apoyar a Basave, quien el jueves pasado solicitó licencia como diputado federal.

La gestión de Navarrete quedó marcada por la renuncias de Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard, ex jefes de Gobierno del Distrito Federal, además de muchos otros militantes del partido.

Durante su gestión, el PRD perdió delegaciones políticas y posiciones en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en la Cámara de Diputados.

Se confrontó con el coordinador de la bancada perredista en el Senado; abrió un frente en Nueva Izquierda, al no someter a su consideración que dimitiría.

También recibió reclamos de presidentes estatales del partido por falta de financiamiento, permitió el avance de negociaciones electorales con el PAN para los comicios del próximo año; se enfrentó abiertamente con Morena y no tuvo acercamientos con la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano, durante el proceso electoral.