Llevó su propuesta queer, de rimas, loops y sampleos a La Pulquería
Remató la noche del jueves la MC Rebeca Lane con su mensaje natural
Sábado 7 de noviembre de 2015, p. a10
El chaleco de mezclilla de Ali Gua Gua dejó ver los varios tatuajes que decoran sus brazos. Al otro lado de los tornamesas, como diyéi Guaguis, fue la encargada de abrir la sesión musical en La Pulquería Los Insurgentes.
Noche de jueves. Una mesera se abría paso con una charola en la que transportaba ocho tarros de pulque de diferente sabores. El ventilador colgado del techo no refrescaba: giraba como tornado inofensivo sobre los asistentes.
All the Ladies in da House fue la propuesta queer de la noche con ensambles de ritmos estandarizados, loops y rimas. A pocos minutos de haber iniciado, muchos ya bailaban, rapeaban o coreaban las canciones.
Ambiente tranquilo, antidemencial. Eso sí, un poco apretujados por el espacio que a cada minuto se hacía más reducido. Durante las rolas, algunos levantaban los puños, eran los más prendidos o los que no tenían pulque ni cerveza en las manos.
Al finalizar el turno de Ali Gua Gua, un grito femenino rugió por las bocinas: ¡¿Cómo están todas las nenas de la casa?!
Era una MC que evocaba a Frida Kahlo. La rola Moribunda prendió el ambiente.
De pronto, en el recinto comenzó a oler a mariguana y eso ya no gustó para nada a los de seguridad que, abriéndose paso a empujones, intentaban encontrar a los responsables. Nadie dio señales de los que se dieron un toque de mota y eso los incomodó. Mientras seguían con su búsqueda y sacaron del lugar a varios. Ese espacio fue ocupado por otros y así la noche, moviéndose entre música y un poco de desorden. Si no, entonces a qué vamos.
Las rimas de poesía venenosa
expelida por los pulmones de Rebeca Lane fueron bien recibidas. En realidad son rimas que tratan de árboles, naturaleza y cosas que tienen que ver con la libertad sexual o de cómo curan sus sensaciones mediante rituales espirituales.
La Pulquería comenzó a oler a incienso. Los de seguridad dejaron de molestar y ya sólo cumplían con la función de despejar los pasillos y escaleras. La Lane, con un grito, preguntó: ¿Dónde están las hijas de la naturaleza?
El público respondió con la misma euforia.