París.

La Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), cuya imagen quedó severamente dañada esta semana por la imputación de corrupción a su ex presidente Lamine Diack y otras figuras destacadas, reaccionó anunciando procedimientos disciplinarios y una auditoría externa sobre sus prácticas financieras, así como la cancelación de la gala en Mónaco.

La comisión de ética inició medidas contra cuatro personas, entre ellas su ex responsable antidopaje Gabriel Dollé –hijo de Lamine Diack–, Pape Massata, Valentin Balakhnichev (tesorero de la IAAF hasta diciembre de 2014 y ex presidente de la Federación Rusa) y Alexei Melnikov (ex entrenador ruso de marcha).

Estos anuncios llegan luego de algunos días muy convulsos en la cabeza del atletismo mundial, al ser acusados dichos dirigentes por la justicia francesa de corrupción pasiva, blanqueo agravado y de haber recibido sumas de dinero para ocultar prácticas dopantes.

Las audiencias de los cuatro indiciados se realizarán en Londres del 16 al 18 de diciembre, las cuales serán privadas.

En plena crisis, la IAAF dio a conocer además la anulación de su tradicional gala de final de temporada, inicialmente prevista para el 28 de noviembre en Mónaco.

Se esperaba allí la presencia del jamaiquino Usain Bolt para recoger el galardón de mejor atleta masculino de 2015, que seguramente conseguirá tras sus tres oros mundiales en Pekín este año.

Teniendo en cuenta las nubes que ensombrecen a nuestra asociación, no es momento para que la familia del atletismo celebre nuestro deporte, subrayó el nuevo presidente de la IAAF, Sebastian Coe.

Los premios se entregarán a los ganadores, pero más tarde y en otras circunstancias.