Olga Sánchez Cordero, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), aseguró que el presidente Enrique Peña Nieto será muy responsable al designar la terna que enviará para que el Senado decida quiénes serán los nuevos ministros del máximo tribunal.

Tenemos pleno respeto al Ejecutivo, quien será el que envíe esta terna, y el Senado también será muy responsable para designar a los nuevos ministros de la SCJN, sostuvo.

Sobre el perfil que deben cumplir para dicho cargo, que en la próximas semana dejarán Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza, la magistrada señaló que hay grandes mujeres y abogados en todos los sectores, tanto académico como del Poder Judicial de la Federación, es gente calificada, responsable y autónoma que podrían cumplir el perfil que se busca para la sustitución.

Luego de asistir a la ceremonia de reconocimiento a la trayectoria de ambos ministros que se llevó a cabo en la Universidad Iberoamericana, Sánchez Cordero se pronunció por que se lleven a cabo debates multidisciplinarios sobre el uso lúdico de la mariguana para impulsar políticas públicas.

Durante su discurso manifestó que el transcurso de casi 21 años de labor, la Iberoamericana siempre le ha brindado un espacio y un foro. Ahí expresó que les gustaría que los derechos sean instrumento para facilitar la convivencia, generar menos desigualdad, limitar a los fuertes y empoderar a los débiles y que las autoridades velen por presupuestar su cumplimiento, que vigilen su ejercicio cabal y no sólo su expresión en el papel.

Me gustaría que la garantía de esos derechos no sea sólo jurisdiccional, sino que en cada ámbito de determinación de sentido que el derecho ofrece se previera y concretara esa justiciabilidad y que en el Legislativo ésta se plasme en las leyes y sobre todo en algo que parece haber quedado en el olvido: las discusiones parlamentarias. Que en las políticas públicas que diseña e implementa el Ejecutivo se concrete su efectividad en el diseño de programas y en su ejecución.

La ministra también agregó que el derecho a la educación no figurar como una forma de corporativismo político, sino como un derecho básico y que la libertad de expresión se ejerza a cabalidad. Que cada persona que levante la voz sea respetada en su opinión, que no peligre por ese hecho, que la libertad de escribir y publicar ya no sea sólo respetada, sino promovida por la autoridad.