Carmen Parra en Palermo
icilia es la principal isla de Italia y la más grande y poblada del Mediterráneo, con 5 millones de habitantes. Pero en sus 25 mil kilómetros cuadrados existe un maravilloso legado cultural y de usos y costumbres de fenicios, griegos, romanos, árabes, Bizancio, normandos y españoles. De todo ello dan cuenta en sus libros de viajes Goethe y Maupassant, entre otros.
Una muestra de esa variada herencia cultural se encuentra en Palermo, la capital, tierra natal de Leonardo Sciascia, Tomasi di Lampedusa, Giovanni Verga, Luigi Pirandello, Vincenzo Bellini y Giuseppe Tornatore, entre otros grandes de las letras, la música y el cine. Una de las joyas que enorgullece a esa ciudad es el Oratorio de San Lorenzo, construido en 1570 y decorado por el escultor Giacomo Serpotta, uno de los grandes del barroco italiano. Aunque se formó en Roma, buena parte de su obra la realizó en la capital siciliana. No sólo hizo la estatua ecuestre de Carlos II de Borbón (que alentó el florecimiento de las artes), sino que puso su sello en otro oratorio, el de Santa Cita, así como en iglesias y monumentos públicos.
Cuando Caravaggio recaló en Palermo, pintó para el Oratorio de San Lorenzo uno de sus cuadros más destacados, La Natividad. Fue en 1609, un año antes de su muerte. El maestro de la luz venía huyendo de la condena a muerte decretada por el papa Paulo V. Amantes de la pintura acudieron durante años a admirar allí ese ejemplo único del barroco y el lienzo, de seis metros cuadrados, que lucía imponente sobre el altar del Oratorio.
El sitio adquirió más relevancia cuando en 1969 el cuadro La Natividad fue robado por servidores de la mafia, que quiso así demostrar su poder. Según declaración de un arrepentido
de la organización criminal, ésta intentó años después devolver la obra a cambio de aligerar la disciplina carcelaria a que estaban sometidos algunos dirigentes mafiosos. El Estado italiano rechazó la oferta. Contó el colaborador arrepentido
que el lienzo terminó en 1980 en manos de la familia del capo Pullará, que lo escondió en un establo donde terminó devorada por los ratones.
El sábado pasado, en el Oratorio de San Lorenzo se develaron siete lienzos pintados a cuatro manos por la mexicana Carmen Parra y el siciliano Beppe Vesco, vinculado con nuestro país por la amistad que tuvo con el maestro Francisco Corzas. Están inspirados en La Natividad, de Caravaggio, y en las esculturas de San Lorenzo y San Francisco, de Serpotta. La emotiva ceremonia contó con la presencia de Leoluca Orlando, el progresista alcalde de la ciudad y ejemplar combatiente de la mafia. Lo que se obtenga de la venta de los lienzos será para la fundación benéfica Progetto Itaca Palermo, que preside Rosemarie Tasca d’ Almerita.
En el mundo, no todas son malas noticias sobre México.