Jueves 5 de noviembre de 2015, p. 27
Ottawa.
Centenares de canadienses se agolpaban este miércoles en Ottawa para entrar a la residencia oficial del Gobernador General, a fin de ovacionar al nuevo primer ministro Justin Trudeau y a su gobierno liberal, oficialmente proclamado para dirigir el país.
Luego de 31 años de finalizado el mandato de su padre, Pierre Elliott, Trudeau asumió al término de una ceremonia cargada de fuertes símbolos, en ruptura con el poder conservador saliente.
Contrariamente a su predecesor Stephen Harper, que huía de la gente y los medios, el nuevo primer ministro inauguró su mandato con un gran acto de masas en el parque de Rideau Hall, morada de los representantes de la corona británica.
Just in Time, Justin
(Justo a tiempo, Justin) rezaba la pancarta sostenida por Robert Boisvert, jubilado, en medio de una multitud entusiasta. Después de 10 años de gobierno conservador, es histórico este cambio de gobierno, un gobierno un poco menos secreto
, declaró Boisvert a la Afp.
Al son de las gaitas, acompañado por su esposa Sophie y sus 30 ministros, Trudeau atravesó a pie el espacio arbolado bañado por el sol del verano boreal, siendo luego acompañado por el gobernador general, David Johnston, representante de la reina Isabel II, con el título de jefe de Estado.
Colocando al Partido Liberal más a la izquierda que lo habitual, Trudeau triunfó en las legislativas del 19 de octubre por amplia mayoría, seduciendo a los electores con la promesa de reducir los impuestos a la clase media, legalizar el cannabis, e incrementar las inversiones en infraestructuras.
En el parlamento contará con una mayoría de 184 sobre un total de 338 escaños. Prometió además poner fin a la participación canadiense en los bombardeos de la Alianza liderada por Estados Unidos en Irak y Siria contra el grupo Estado Islámico.
Buen boxeador amateur, Trudeau realizó una campaña casi sin errores y tuvo un buen desempeño en los debates, sobresaliendo en el dedicado a la política exterior, supuestamente su punto débil.
En la campaña priorizó la defensa de la clase media y su voluntad de mejorar la imagen de Canadá en el exterior, presentándose como un negociador, en un país políticamente muy polarizado.
En abril de 2013 asumió la dirección de un Partido Liberal que había sido diezmado dos años antes por los conservadores, y lo convirtió en una máquina electoral.
Menos de cuatro meses después, provocó una controversia al admitir que había fumado marihuana cinco o seis veces
en su vida, precisando que no había generado dependencia. Prometió entonces legalizar el cannabis.
Una indígena en el ministerio de Justicia
Luego de prestar juramento el miércoles como primer ministro, con 43 años, Trudeau anunció un gabinete paritario, reflejo de la diversidad canadiense, y afirmó que planea gobernar con optimismo hacia el futuro
.
Tenemos una enorme cantidad de trabajo para hacer en las próximas semanas, meses y años, pero sé que los canadienses esperan que... hagamos realidad el cambio, el ambicioso plan para este país propuesto por el Partido liberal y eso es exactamente lo que vamos a hacer
, prometió Trudeau.
Los 30 ministros, 15 hombres y 15 mujeres, prestaron seguidamente juramento ante el gobernador general. Tras prometer un gabinete acotado, Trudeau se reservó para sí las carteras de Juventud y Asuntos intergubernamentales (encargado de las relaciones del gobierno federal con las provincias).
En un gesto simbólico, nombró por primera vez a una mujer autóctona como ministra de Justicia, la ex fiscal Jody Wilson-Raybould. Esta designación tiene un profundo significado, ya que el gobierno saliente siempre se negó a nombrar una comisión investigadora sobre la desaparición o muerte inexplicada de unas mil 200 mujeres indígenas desde 1980.
Esta investigación, promesa de campaña de Trudeau, debería ser una de las primeras medidas de Wilson-Raybould.
La nueva ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Catherine McKenna, abogada internacional, estará en París a inicios de diciembre para participar en la conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre el clima, luego de una década de alejamiento de Canadá de la lucha contra el calentamiento global.
Trudeau nombró por otra parte para dirigir la diplomacia a Stephane Dion, quien fuera ministro liberal de Medio Ambiente, antes de la llegada de los conservadores, que decidieron sacar al país del Protocolo de Kioto.