El autor y editor publica el libro Técnicas de actuación
Jueves 5 de noviembre de 2015, p. a10
Con la autoridad que le dan la autoría de 17 libros y la edición de otros 400, Édgar Ceballos asevera en su nueva obra, Técnicas de actuación, de 443 páginas: Las escuelas de teatro son como una casa abandonada que no es indispensable
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Es una minuciosa investigación que abarca desde los orígenes de la actuación en el mundo hasta este arte en el México actual, a partir de una panorámica universal sobre el desarrollo de la actuación, desde sus orígenes, así como desde una parte centrada en siglo y medio de aprender, reaprender y desaprender este oficio desde nuestro entorno geográfico.
Ofrece también un apartado sobre historia oral que complementa las diversas propuestas, con estudios teóricos y modelos testimoniales de los principales personajes de este quehacer en el México de finales del siglo XX.
Los modelos testimoniales corresponden a Lola Bravo, quien habla de la formación actoral antes y después de Seki; Jebert Darién asegura que la cultura teatral como vestimenta no sirve de nada
; Dagoberto Guillaumín describe cómo el actor debe disciplinar su organismo; Héctor Azar pide más información que formación; Miguel Sabido hace una radiografía teatral; Héctor Mendoza muestra la información y guía para autoeducarse; Julio Castillo dicta que el teatro es antes que nada, y Germán Castillo sentencia que los mejores maestros están fuera de las instituciones.
En entrevista, Ceballos dijo: Este libro viene a llenar un hueco muy grande en las escuelas de teatro. Actualmente, 99 por ciento carece de buenos maestros. Toda aquella tradición de grandes reformadores de los años 50 ha ido desapareciendo por cuestión natural. Su lugar lo ocupan recién egresados que no han tenido tiempo de practicar la técnica actoral, ni destacar en ésta, como debe ser
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Las escuelas de teatro, señala el libro, son “tan sólo ruinas; no existe vocación por la enseñanza y la búsqueda; actúa más el automatismo cultural que la necesidad (…) Desde hace mucho tiempo se ha abandonado en las aulas el concepto de profesionalismo y ética para caer en el diletantismo o lo improvisado”.
La falta de seriedad con que se desplaza la enseñanza de un arte, precisó, conduce al alumno hacia una mansedumbre, pues al no conocer con precisión una técnica se convierte en un seguidor de modas, preferencias, fobias o mitos del instructor; un aplicador de recetas remendadas.
Después de mucho tiempo de enseñar por medio de publicaciones, a Ceballos le ha preocupado que lo enseñado tenga algo de ética y verdad, que ubica en la tradición escrita de los libros teóricos. Su aportación es el libro Técnicas de actuación, editado por Escenología.