Ciudad Juárez, Chih.

El Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua identificó a José Luis Rodríguez Muñiz, estudiante de fisioterapia de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y activista, de 31 años de edad, como uno de los seis hombres asesinados recientemente en esta ciudad.

Rodríguez Muñiz, músico aficionado, dedicaba parte de su tiempo a disfrazarse de payaso para participar en actividades de grupos defensores de niños y mujeres.

El jueves pasado Rodríguez publicó en su muro de Facebook un video en el que criticaba al gobernador César Duarte Jáquez; al presidente municipal de Ciudad Juárez, Enrique Serrano Escobar; al papa Francisco y a organizaciones sociales que lucran con los problemas.

En el video, Rodríguez Muñiz habla de “cortinas de humo como el huracán Patricia y la próxima visita del Papa. Tan jodidos estamos, para que nos visite el Papa”. Agrega: Vamos a dejar que el país se lo sigan chingando, hombre; y a los que les gusta la grilla como yo, nada más que hacer grilla cibernética. Porque nadie va dar su vida por el país. De igual manera, sostuvo: México es un país para robar y para los chingones. Los pendejos como nosotros ahí nos quedamos en el camino.

Integrantes de diversas organizaciones anunciaron protestas para demandar el esclarecimiento del asesinato de José Luis Rodríguez, conocido en la citada red social como Rezö Seress.

Con él suman cerca de 20 activistas asesinados en Chihuahua desde 2008, cuando se recrudeció la guerra entre bandas de delincuentes por el control de drogas.

Su cuerpo fue localizado en el fraccionamiento Roma el sábado pasado, con cuatro disparos de arma calibre nueve milímetros, uno en la cabeza, además de golpes en todo el cuerpo.

Rezö Seress comentó a sus contactos en Facebook que trabajaba en un reportaje sobre la situación en el Valle de Juárez.

Integrantes de organizaciones de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos aseguraron que en Chihuahua su labor es de alta peligrosidad, ya que la entidad se encuentra entre los primeros lugares de agresiones contra activistas.