En América Latina ocho de cada 10 personas viven en ciudades. En su mayoría, estos espacios han experimentado procesos acelerados y descontrolados de urbanización, que generan una calidad de vida deficiente para la mayoría de sus habitantes.

En el Día Mundial de las Ciudades, que se conmemoró ayer, grupos civiles nacionales e internacionales destacaron la necesidad de hacer valer el derecho a la ciudad, el cual implica vivir en espacios incluyentes, participativos, habitables, democráticos y seguros.

“Es el derecho a transformar y oponerse a la ciudad neoliberal –que padecemos las grandes mayorías–, a hacerla nuestra, a vivirla y gozarla plenamente. Es un derecho que pone en el centro al ser humano y a la naturaleza, y se alimenta de las luchas, demandas, propuestas y proyectos de quienes la habitan y transitan”, explicó María Silvia Emanuelli, coordinadora de la Oficina para América Latina de Habitat International Coalition (HIC) y de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad.

En conferencia de prensa, precisó que 80 por ciento (468 millones) de la población en Latinoamérica vive en zonas urbanas y 113 millones habitan en asentamientos irregulares.

Agustín Algorta, director social de la organización Techo, destacó que en América Latina existen cinco megaciudades, es decir, áreas con más de 10 millones de habitantes, y apuntó que en la mayor parte de las urbes latinoamericanas predomina la desigualdad, la pobreza y son espacios caros, donde los habitantes son actores secundarios, a quienes no se permite tomar decisiones sobre su ciudad.

A menos de un año de que se realice la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas para la Vivienda y Ciudades Sostenibles, HIC, Techo, Hábitat para la Humanidad, el Centro de Estudios y Acciones para el Espacio Público y el Consejo Latinoamaricano de Ciencias Sociales, lanzaron la campaña No es una Ciudad si no es para Todos, que llama a promover la participación para definir una nueva agenda urbana, que se consolidará en la cumbre que tendrá lugar en Quito, Ecuador.

Urzula Raviela, de la cooperativa Guendalizáa, comentó que la mayor parte de las ciudades están ahogadas en un sistema individualista que empobrece a grandes sectores y son inseguras, inhabitables y excluyentes.

Mahara Aguirre, de Hábitat para la Humanidad México, destacó que el derecho a la vivienda adecuada tiene que ver con el derecho a la ciudad. En muchas urbes latinoamericanas existe desigualdad en el acceso a terrenos seguros para vivir, por lo que muchas familias sólo pueden construir su vivienda en lugares con alto riesgo de inundaciones y derrumbes.