Leipzig.

Mostrar en la pantalla grande el drama de los refugiados que llegan a Europa, documentado por profesionales del cine nunca fue tan importante como ahora en un festival alemán.

Las producciones que presenta el 58 Festival Internacional de Cine Documental y de Animación de Leipzig –DOK Leipzig, en sus siglas alemanas–, le dan rostro a aquellos seres humanos que buscan asilo ante la desesperada situación en sus países.

Café Waldluft es el trabajo del joven documentalista alemán Matthias Kossmehl, quien testifica el compromiso de Leipzig con jóvenes creadores. La cinta está en competencia en la categoría de mejor documental alemán. No obstante, su película carece aún de compañía distribuidora.

La historia se desarrolla al sur de Bavaria, casi frontera con Austria, una pequeña población de 10 mil habitantes, Berchtesgaden, la cual se transforma con la presencia de un grupo de refugiados de Siria, Afganistán y Sierra Leona, entre otros.

El turismo que solía abarrotar hoteles de este lugar parece haber decidido buscar otros lugares.

Flora, una viuda de 65 años, decide poner gran parte de las habitaciones de su hotel y Café Waldluft a disposición de las autoridades para que sus habitaciones vacías puedan ser ocupadas por refugiados. Flora recibe por esto ayuda del gobierno. De esta manera logra salvar el lugar en donde vive hace décadas y sus profundas convicciones religiosas le aseguran que hace lo correcto, así se convierte en la mamá Flora de sus 35 huéspedes.

Café Waldluft documenta el día a día de refugiados que huyen de guerras, torturas, intentando rescatar a sus familias y buscando integrarse a un mundo cuyo contraste escapa a cualquier intento de ser descrito.