Sábado 31 de octubre de 2015, p. a16
Novedad abrumadora: en los estantes de novedades discográficas esplende una cornucopia que tomó forma de 13 cajas que contienen en total 100 discos: la Edición Especial Karajan Remasterizada, para celebrar los 25 años de su desaparición física.
Océanos de música.
Nuevo hito que marca la disquera Warner Classics, con una virtud contundente: precios accesibles. Por ejemplo, la caja 1 (de hecho la colección se vende por módulos, es decir por cajas independientes), que contiene las sinfonías de Sibelius en cuatro discos compactos, cuesta 192 morlacos, mientras la caja 13, Orchestral Spectaculars from Handel to Bartok
, con 13 discos, 415 pesos, algo así como 32 pesos por disco.
El sonido logrado en esta remasterización es un prodigio: el estereofónico, el monofónico, el gis original, la espacialidad que tanto procuró Karajan, el brillo, la intensidad. Un tesoro discográfico.
La hazaña la lograron los mejores ingenieros de audio en el planeta, en los legendarios estudios Abbey Road de Londres, que ya pasaron de ser ubicados como los estudios donde grabaron Los Beatles, para convertirse en la meca de la grabación de música de concierto.
Se trata de una documentación fabulosa de cuatro décadas del trabajo artístico de Herbert von Karajan (1908-1989), hombre-mito.
Se calcula que el contenido de estos cien discos significa 50 por ciento de la discografía completa, al menos los que grabó para la disquera EMI, del hombre que inventó
el disco compacto. Aunque la sumatoria de los discos que grabó llega a mil y además vendió 300 millones de copias. Cantidades fabulosas todas.
Y digo inventó entre comillas porque no era ingeniero, pero a él se debe el arranque y consolidación del soporte técnico que a la fecha continúa insuperable: el disco compacto.
Por cierto, celebramos de esta misma manera los 35 años que cumple el disco compacto.
En la conferencia de prensa donde se dio a conocer al mundo el invento denominado disco compacto, en junio de 1980, participó el mismísimo Herbert von Karajan, quien vivió una segunda vida, o una vida paralela, en los estudios de grabación, como una manera de trascender en la historia y una forma de entender la música y de difundir su escucha y su masificación.
Así como Glenn Gould decidió un buen día dejar de dar conciertos en vivo y se encerró en un estudio de grabación para legarnos tesoros discográficos desde su piano, don Heriberto de Karajanis también consagró su vida a la grabación de discos.
El filme Karajan. The Second Life, de Eric Schulz, muestra tal odisea.
Los resultados los tenemos ahora a la mano y al oído. Para nadar en estos océanos de música que constituyen estos cien discos, vayamos de a poco a poco.
La caja 13 me pareció fascinante. Caja 13, con 13 discos de los cuales el 11 me produjo estados de ánimo y asombro mayúsculos.
Uno puede oler, sentir la tibieza de las olas en El Mar, esa obra maestra de Debussy. De l’aube á midi sur la mer, Desde el alba hasta el mediodía sobre el mar y Dialogue du vent et de la mer, diálogo del viento y del mar, primera y tercera partes, suenan con la batuta de Karajan como un dulce ensueño. Impresionante Karajan con esta partitura impresionista.
Ah, infaltable decir que Karajan es el músico más polémico imaginado. En anteriores ocasiones el Disquero se ha ocupado del asunto, como cuando ocurrió su centenario: http://goo.gl/jaLn9S y una semana después: http://goo.gl/gueWoC
Algunos de los epítetos en su contra: nazi (estuvo afiliado al Partido Nazi durante muchos años), arrogante, ambicioso, codicioso, tramposón, efectista. A favor: preciso, original, impresionantes resultados sonoros, uno de los más grandes directores en la historia.
Pruebas de ello las hay en la caja titulada Karajan And his soloist I, donde levanta el vuelo con leyendas del piano: Brain, Gieseking, Lipatti, Richter-Haaser (este último, por cierto, marcó historia en México: fue el solista en el concierto de inauguración de la Sala Nezahualcóyotl).
Y como ya se acabó el espacio, pondré a sonar otra vez el disco 11 de la caja 13 y volveremos sobre el tema más adelante.
Aiquir.