Ginebra.

Todo es culpa de Michel Platini. Esa es la explicación que el suspendido presidente de la FIFA, Joseph Blatter, planteó sobre la crisis que vive el organismo rector del futbol mundial.

El dirigente suizo criticó al comité de ética que lo suspendió 90 días, y culpó a Platini –también castigado– por el problema en el que ambos están metidos por un millonario pago realizado en 2011 al líder de la UEFA.

Sepp aseguró además que había un pacto para asignar las sedes de los mundiales de 2018 y 2022 antes de la votación del comité ejecutivo, pero que por culpa de Platini ese acuerdo se rompió.

Al principio el blanco de los ataques fui yo y todo lo ideó Platini. Es algo personal, dijo Blatter. Él siempre quiso ser presidente de la FIFA, pero no tuvo el coraje de presentar su candidatura en las elecciones de 2015, agregó el dirigente, quien aseguró que cada persona que preside la UEFA se contagia de un virus llamado anti-FIFA.

Blatter lanzó sus dardos en una entrevista publicada ayer por la agencia estatal rusa Tass: “Ellos quieren decir, ‘nosotros, el comité de ética, no estamos al servicio del presidente, somos totalmente independientes’. Eso es incorrecto”.

El presidente de la FIFA también criticó a quienes considera sus enemigos, entre ellos Platini, las autoridades estadunidenses, la Unión Europa y la prensa en Inglaterra y Suiza.

Son tonterías. Esto no es justicia. Yo coloqué a este gente en sus cargos, donde están ahora en el comité de ética, y ellos ni siquiera tienen el valor de escuchar al secretario general, a Platini o a mí, expuso Blatter, refiriéndose al también suspendido Jerome Valcke.

La entrevista que concedió ofreció su opinión más clara hasta ahora sobre el escándalo, desde que fue suspendido el pasado 8 de octubre, después de que las autoridades suizas abrieron un expediente criminal sobre el pago de 2 millones de dólares de la FIFA a Platini, pactado en secreto entre Blatter y el ex futbolista francés.

Sepp también puso de manifiesto su enemistad con Platini, cuyas probabilidades de sucederlo en las elecciones del próximo 26 de febrero se vieron mermadas por su suspensión.

En otra parte de la entrevista, Blatter dijo que la votación de 2010 para elegir las sedes de los mundiales de 2018 y 2022 fue un punto de inflexión en el escándalo porque Estados Unidos no ganó. Rusia obtuvo la sede de 2018 y Qatar la de 2022.

Se acordó ir a Rusia porque nunca ha sido allá, en Europa Oriental, y para 2022 volvíamos a Estados Unidos, dijo Blatter, refiriéndose al sentir que había un mes antes de la votación.

Todo estaba bien hasta que (el entonces presidente francés Nicolas) Sarkozy vino a una reunión con el príncipe heredero de Qatar, que ahora es el mandatario. Y en un almuerzo después con el señor Platini, él dijo que sería bueno ir a Qatar.

Después de esa supuesta reunión en París, Blatter dijo que Platini y otros tres miembros europeos del comité ejecutivo de la FIFA cambiaron de bando y ayudaron a Qatar a ganar 14-8 sobre Estados Unidos.

Ante la declaración del suspendido dirigente del máximo organismo del futbol, la respuesta de la federación inglesa (FA) no se hizo esperar y ya anunció que investigará a fondo el pacto que supuestamente perjudicó su candidatura para 2018.

Vamos a examinar de cerca lo que dijo Blatter, aseguró Greg Dyke, jefe de la FA, ante la Comisión de Deportes del Parlamento británico.

Por otra parte, la compañía de tarjetas de crédito Visa, junto con representantes de McDonald’s, Coca-Cola y la cervecera Anheuser-Busch, amenazó con cancelar su patrocinio de la FIFA si no le satisfacen las reformas implementadas por el organismo.