La presidenta de la Comisión de Salud del Senado, Maki Ortiz Domínguez, y otros legisladores del PAN se sumaron a la propuesta de perredistas y petistas para no disminuir 50 por ciento el impuesto a los refrescos, porque sería regresivo e irresponsable reducir ese gravamen, creado para combatir el sobrepeso y la diabetes provocados por consumo de bebidas azucaradas.

Me opongo rotundamente al cambio al impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) a los refrescos que decidió la Cámara de Diputados, pues afecta en los aspectos sanitario y económico, ya que se destinan más de 75 mil millones de pesos al año para atender problemas por obesidad y sobrepeso y enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes, afirmó.

Resaltó que no se entiende que en la actual coyuntura financiera, cuando se pretende recortar el presupuesto a la Secretaría de Salud, se reduzcan impuestos a la industria refresquera, sobre todo el IEPS, que busca reducir el consumo de bebidas con alto contenido de azúcar.

La también panista Marcela Torres Peimbert resaltó que hace dos años se dio en el Congreso una dura batalla para imponer ese gravamen como parte de una política encaminada a reducir obesidad y diabetes, males que provocan más de 80 mil muertes al año.

La creación de ese impuesto fue celebrada internacionalmente por tratarse de una medida que atacaba un importante problema de salud pública. Hoy recibimos críticas por proponer medidas regresivas que atentan contra la vida de miles de mexicanos, consideró.

La batalla

Advirtió que la batalla de hace dos años se repetirá y se enfrentarán de nuevo al fuerte cabildeo de los dueños de refresqueras.

Instó a los senadores de todas las fuerzas políticas a no votar por la regresión sino por la salud de los mexicanos .

Un argumento que esgrimirá con sus compañeros de bancada es que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de la Salud Pública, en 2014 el impuesto al refresco logró disminuir su consumo 12 por ciento, en promedio, y se incrementó 4 por ciento la compra de agua embotellada.

El senador Salvador López Brito señaló que como médico se opone a reducir ese impuesto, ya que a escala mundial México tiene las tasas más altas de consumo de bebidas azucaradas y uno de los índices más altos en problemas de obesidad, sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares.