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Se autorizaron proyectos de explotación a cielo abierto sin consultar a comunidades, señalan

Organizaciones civiles de Oaxaca emprenden lucha contra mineras

Está concesionado para extracción de metales 8% del territorio estatal: Secretaría de Economía

Los activistas han recuperado 400 hectáreas y creado cuatro parques ecológicos en el estado

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Una de las asambleas organizadas por grupos ambientalistas para informar sobre los efectos de la minería a cielo abierto, en Santo Domingo Zanatepec, OaxacaFoto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 19 de octubre de 2015, p. 32

Zanatepec, Oax.

Daniel Cirilo y Margot Nolasco son integrantes del Grupo Ecologista Zanatepec (GEZ). Hace un año se enteraron de que en Oaxaca había 29 proyectos mineros registrados en etapa de exploración y dos de explotación a cielo abierto. Entonces iniciaron un movimiento en demanda de la cancelación de los yacimientos, que consideran mortales para su vida y territorio.

Ambos tienen un plan de acción consistente en recorrer ejidos y localidades del Istmo de Tehuantepec donde se aprobaron proyectos extractivos y organizan asambleas entre los habitantes para informarles, con películas y trípticos, cuán nociva ha sido la minería para los pueblos de México y América Latina. Al final los pobladores firman su rechazo a las mineras.

Pronto realizarán una asamblea regional donde los ejidos se comprometerán por escrito a unirse a la resistencia.

El GEZ, junto con la asociación civil Procesos Integrales para la Autogestión de los Pueblos (Piapac), ha recorrido más de 25 municipios, entre ellos Tapanatepec, Reforma de Pineda, Ixhuatán, Niltepec, San Francisco del Mar, Zanatepec, San Miguel Chimalapa, Ciudad Ixtepec, San Dionisio del Mar y Unión Hidalgo, para advertir que la minería pone en peligro los recursos naturales y la economía campesina.

A estas localidades nadie les informó oficialmente que el gobierno federal había autorizado la explotación de sus tierras. En el portal de Internet de la Secretaria de Economía, en el apartado del Programa de Desarrollo Minero, se enteraron de que, de 9 millones 395 mil 978 hectáreas de territorio oaxaqueño, 743 mil 18, es decir, 8 por ciento del territorio estatal, están concesionadas para extracción de metales a cielo abierto.

“El gobierno mexicano violó el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo al otorgar concesiones sin consulta y ahora quiere que los proyectos se hagan a la fuerza, pero no lo permitiremos. Hemos dicho un no rotundo; hemos aprendido a amar y defender nuestra tierra”, advirtieron Daniel Cirilo y Margot Nolasco.

El GEZ nació hace cinco años con 10 integrantes, encabezados por Alejandro García, con el objetivo de limpiar espacios contaminados con residuos sólidos. Han reforestado con casi 5 mil árboles endémicos y fundado cuatro parques ecológicos (Sauce, Las Candelas, Encuentro y Limoncilla) en cuatro hectáreas recuperadas.

Sin temor a lo que ocurra, porque hay que dar la cara y afrontar, puntualizaron que más de dos integrantes del GEZ han recibido amenazas por mensajes de teléfono, pero no dejarán su tarea “porque la vida natural, animal y del ser humano es más valiosa que las mineras.

Las aguas están tranquilas actualmente, pero los trabajadores y representantes de las trasnacionales han visitado nuestra tierra, nos miran feo. Sabemos que murmuran, pero no nos ocupa. Preferimos vivir resistentes a entregar nuestro hogar para que lo destruyan, indicaron.

En días pasados, Miner Lowell Copper informó en su portal de Internet su decisión de retirar su interés del proyecto Santa Martha, ubicado en Zanatepec y parte de San Miguel Chimalapa, y devolver a la empresa exploradora Minaurum Gold los derechos adquiridos en 2013 para extraer cobre.

Esta noticia causó satisfacción a las agrupaciones, que ya habían solicitado la cancelación de ese proyecto.

Los activistas reciben asesoría directa de la Red Mexicana de Afectados por la Minería. Advierten que sólo en los municipios de San Miguel Chimalapa y Zanatepec podrían quedar devastadas 30 mil hectáreas.

Los ríos Frío, Ostuta, Zanatepec, Novillero, Palo Grande, Ixtatal, Solugapa, Los Tamarindos y Espíritu Santo, además de los arroyos Tizati, Cerro Pando y Seco, entre otros cuerpos de agua, resultarían contaminados hasta morir por la contaminación con desechos mineros, lo que perjudicaría directamente a la población.

El río Ostuta abastece a más de cinco municipios y decenas de localidades; el Novillero es el afluente principal de Zanatepec y del río Coatzacoalcos, en Veracruz, mientras el río Frío proviene de la serranía limítrofe con Chiapas, explicó Daniel Cirilo, del GEZ.