Aun antes de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos inicie el trayecto de normalización de su política monetaria mediante el aumento progresivo de la tasa de interés de los fondos federales en aquel país, en México los inversionistas extranjeros han retirado este año más de 17 mil millones de dólares de su capital colocado en bonos del gobierno federal emitidos en moneda nacional, indican informes del Banco de México (BdeM).

Este es el mayor retiro de capitales observado en por lo menos 20 años, sin que la causa principal que lo ocasiona, la inminente elevación de tasas de interés en Estados Unidos, se haya concretado todavía.

Hasta ahora el impacto en la reserva internacional de divisas de México de este retiro de capitales ha sido una reducción neta de 13 mil 931 millones de dólares a partir del segundo trimestre de 2015, según los reportes del banco central.

Al 31 de diciembre de 2014 el saldo en dólares de la inversión de extranjera en bonos emitidos en pesos por el gobierno mexicano era equivalente a 143 mil 756.1 millones de dólares, a un tipo de cambio de 14.7414 pesos por divisa estadunidense.

Sucesivas bajas en la BMV

Con una paridad de 16.5762 pesos, el 7 de octubre el monto de la inversión de extranjeros en bonos del gobierno federal representaba 126 mil 692.1 millones de dólares; esta cantidad era 12 por ciento inferior a la existente al término del año pasado, con una reducción de 17 mil 64 millones de dólares.

Esto sin considerar el movimiento de capitales del exterior en el mercado de acciones de empresas en la Bolsa Mexicana de Valores donde, de acuerdo con el Banco de México, se han observado sucesivas disminuciones mensuales en su saldo desde mayo de 2015, cuando se valuaban en 153 mil 660.6 millones de dólares, hasta 134 mil 522.2 millones en septiembre de este año. Una baja de 19 mil 138.4 millones de dólares en cuatro meses.

El fenómeno monetario sigue su marcha, pero por lo pronto tres cuartas partes de esa disminución en la reserva de divisas del país, unos 10 mil 471 millones de dólares, fueron retirados entre julio y septiembre de 2015, con lo que ha quedado atrás la marca histórica del primer trimestre de 2009, cuando la crisis económica de aquel año, y la consecuente depreciación del peso, implicó una reducción de 9 mil 665.2 millones de dólares en el acervo internacional de divisas de México.

Según los resultados de la balanza de pagos del país, elaborada por el Banco de México, en el cuarto trimestre de 2008, cuando estalló la crisis hipotecaria en Estados Unidos y Europa que orilló a la Fed a poner en práctica la política de tasas de interés cercanas a cero e inyectar grandes volúmenes de dinero a la economía, el impacto en México fue de una depreciación de 17.6 por ciento del peso frente al dólar, y esto ocasionó una disminución de 3 mil 561.7 millones de dólares en la reserva de divisas del país.

La crisis financiera se expandió a la producción y al comercio globales, es decir, se transformó en crisis económica en 2009, mientras la volatilidad cambiaria se acentuó en el primero y segundo trimestres de ese año, en los que la reserva de divisas presentó reducciones de 9 mil 665.2 y 4 mil 160.2 millones de dólares, respectivamente; es decir, hubo una disminución de 13 mil 825.4 millones de dólares durante el primer semestre.

Las bajas tasas de interés pagaderas en Estados Unidos a los inversionistas en bonos del Tesoro, que caracterizaron su política monetaria atípica desde la crisis de fines de 2008, hicieron que grandes capitales de ese país buscaran mejores rendimientos en países emergentes como México, el cual recibió 149 mil 607 millones de dólares entre 2009 y el primer trimestre de 2015, los cuales fueron invertidos en bonos emitidos en pesos por el gobierno federal.

Y éstas habían sido las mayores reducciones en el acervo de divisas de México, al menos desde 1995, que fue otro año crítico.

Pero la Fed dejó en claro que desde el tercer trimestre de 2014, en que la economía estadunidense reunía condiciones para una vuelta a la normalización de su política monetaria, y desde septiembre del año pasado, especula con el momento en que iniciará la elevación de su tasa de interés referencial. Ese momento, coinciden analistas del sector público y privado, implicará el retorno a Estados Unidos de una cantidad indeterminada de los capitales salidos desde hace siete años, entre ellos los estacionados en México.