Con tres negocios diferentes –una red de teléfonos públicos de monedas, una sociedad financiera popular (Sofipo) y la cadena de tiendas de conveniencia Mambo–, Alta Grupo afronta quejas de inversionistas por el incumplimiento en el pago de intereses pactados en el rubro de telefonía y también una reducción en su cartera de clientes en la rama financiera.

Fundado por Salvador Abascal y Luis López Panadero a principios de 2000, el grupo ha captado inversiones de particulares para operar teléfonos públicos mediante la empresa Automatización de Servicios Productivos. Ha ofrecido el pago de intereses hasta de 14 por ciento mensual, pero desde el año pasado comenzó a retrasar el pago de los mismos y desde febrero no ha depositado nada ni atiende las exigencias de devolución de capital, denunciaron afectados.

Alta maneja dos tipos de teléfonos, uno de monedas para llamadas sin límite de tiempo por tres pesos y que registraban ingresos diarios de 45 a 85 pesos y otro para hacer recargas de tiempo aire por 20 o 30 pesos para telefónos celulares, envío de mensajes e incluso el pago de servicios como luz, agua o gas natural.

Es una red de 30 mil teléfonos que la empresa asegura son propiedad del inversionistas y Alta se hace cargo de todos los aspectos relacionados con la operación, pero pide plazos mínimos de inversión de 12 meses y la posibilidad de devolver ciento por ciento del capital al final del periodo o bien su renovación.

En 2014 comenzaron con problemas de flujo de dinero. Al parecer les falló un proyecto para ampliar la red de teléfonos públicos a Querétaro y comenzaron a atrasarse en el pago de intereses, pero desde febrero de este año dejaron de depositar los rendimientos, comentó uno de los afectados, quien llegó a recibir intereses por 6 mil pesos al mes por un contrato de casi 400 mil pesos que firmó con Alta.

Hay inversionistas que suscribieron más de un contrato con el grupo y acumulan inversiones de 2 a 6 millones de pesos realizadas a lo largo del último quinquenio. Ahora demandan la devolución íntegra de su capital pero no obtienen respuesta al respecto e incluso se quejan de que Tiana Barbosa, gerente de captación de Alta Grupo, ni siquiera atiende sus llamadas.

A principios de septiembre, Salvador Abascal y Luis López Panadero, fundadores de la empresa, enviaron una carta a los inversionistas pidiéndoles su apoyo tras reconocer que en los últimos meses hemos enfrentado situaciones que han limitado nuestra capacidad para extender la sólida trayectoria que tenemos de 12 años ininterrumpidos de entrega de beneficios.

Aseguraron trabajar en una estrategia integral para acelerar lo más posible el cumplimiento de nuestras obligaciones. Expusieron a los inversionistas tres opciones en las que dijeron que avanzaban de forma simultánea y que no son excluyentes entre sí para solucionar el problema: la primera, una inyección de capital por parte de un inversionista privado mexicano; la segunda, nuevas alianzas con jugadores estratégicos y la tercera, la contratación de los servicios de un banquero de inversión para atraer capitales lo antes posible.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) revela que la cartera de clientes de la Sofipo se desplomó 18 por ciento en tan sólo tres meses al pasar de 51 mil en marzo de 2015 a 41 mil 528 personas en junio pasado.

Alta Servicios Financieros ha sido sancionada en dos ocasiones por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.

Otro de los negocios que tiene Alta Grupo es la cadena de tiendas de conveniencia Mambo, creada en 2009 y que a la fecha cuenta con más de un centenar de sucursales en Baja California Sur, Nuevo León, estado de México, Distrito Federal y Puebla. Atrae inversionistas para sus tiendas a través de contratos de aportación de capital en diferentes modalidades a un fideicomiso de capital.