Sus efectos se suman a los del cambio climático: académico
Miércoles 14 de octubre de 2015, p. 38
Las altas temperaturas en este otoño y menos lluvia, sobre todo en el centro y el sureste del territorio nacional, caracterizan el fenómeno de El Niño. Con intensidad catalogada de fuerte puede llegar a ser tan severo como el de 1998, que ocasionó un récord de incendios forestales en el país.
El Niño (el calentamiento del océano Pacífico a la altura del Ecuador) modifica los patrones de lluvia y temperatura en México, lo cual se suma a los efectos del cambio climático, por lo que se podrían rebasar las temperaturas más altas, incluso las del año pasado, que fueron las más importantes de la década pasada, sostuvo Carlos Gay, coordinador del programa Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Este año sería “el más caliente dentro de la década más caliente que hemos observado recientemente. Cuando hay un Niño bien definido podríamos alcanzar algunas consecuencias climáticas, pero que estarían referidas al propio fenómeno. Tendríamos problemas de sequía el próximo verano y lluvias intensas en el noroeste del país este invierno. Son características generales asociadas a El Niño, no necesariamente con el cambio climático”.
Consideró que si se atrasa el periodo de lluvias y disminuye la precipitación puede repetirse un periodo de incendios como el de 1998, que viene aparejado con la sequía el año próximo.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, este año El Niño se presenta con intensidad fuerte y hay 95 por ciento de probabilidades de que continuará hasta finales de este año y la primavera de 2016.
En las semanas pasadas, explicó en su más reciente reporte, se ha observado que en eventos fuertes se ha registrado precipitación por debajo de la media en gran parte del país, excepto en algunas regiones del norte y noroeste, así como algunas zonas del sureste y sur y las penínsulas de Yucatán y Baja California, mientras en invierno las lluvias son por arriba del promedio en el noroeste, así como en regiones de Tabasco y Veracruz, con mayor frecuencia asociadas con frentes fríos.