Oasis librero
uscando una obra multidisciplinaria que aborde el tema de la muerte desde una perspectiva laica, pero abierta a la espiritualidad, mexicana y madura, no anglosajona, europea o vaticana, quizá el inconsciente me llevó hasta una pequeña librería cuyo nombre me hizo abrigar equivocadas esperanzas: Exit, sinónimo de la institución suiza que proporciona suicidio asistido, no eutanasia. Unos 3 mil 500 títulos rebosantes de vitalidad confirmaron mi error.
Los libros lo tienen todo, es lo único que hace ver la vida con una óptica cultural, esa que permite disfrutar de la vida real y de la imaginaria. Claro que hay que tener imaginación para leer y para recrear lo leído. Se requiere imaginación, no sólo capacidad de observación
, me dice Rosa Olivares, propietaria de Exit La Librería, ubicada en Río Pánuco 138, a pocos metros de Río Tíber, en la colonia Cuauhtémoc.
Se trata de un auténtico oasis en la aridez que ofrecen incontables edificios en construcción o remodelación en una sobresaturada zona restaurantera de diferentes calidades y estridencias, pues mientras en esta metrópoli nadie legisle para acotar la agresión auditiva que a diario perpetran comercios variopintos, otras formas de violencia aparentemente inocuas seguirán permeando la vida normal
de las personas.
En una superficie de 60 metros cuadrados, que incluye un pequeño mezzanine, los blancos anaqueles de Exit La Librería contienen exclusivamente títulos sobre arte actual, pensamiento y teoría de las artes visuales, música, fotografía, arquitectura, diseño gráfico, revistas especializadas, catálogos de exposiciones y creación contemporánea, tanto lo editado en México como en el resto de América Latina, Europa y Estados Unidos, ejemplares únicos y auténticas joyas editoriales como el facsímil de Para la voz, de Maiakovski, o la fotobiografía de Clarice Lispector, o el volumen México Ilustrado, recuento gráfico de 1920 a 1950, o el infaltable El único y su propiedad, de Stirner.
“La especialización es un sector reducido, pero fiel y exclusivo –añade Rosa–. Viene mucho estudiante, aficionado, profesional y artistas en busca de obras nacionales y extranjeras. En la librería todo es contemporáneo menos yo, pero el librero es un oficio en extinción porque ya casi nadie está dispuesto a perder el tiempo en su trabajo hablando de temas no rentables. En México empieza a crecer el mercado de la fotografía moderna firmada.”