El organismo en Iberoamérica lanza tercer seminario de formación de profesores
El reto es concluir este año con 8 mil o 10 mil maestros de esa disciplina, explica Hiquíngari Carranza
Además de ser una herramienta pedagógica tiene una función social
Se aplica en sectores vulnerables y permite reconstruir la comunidad, sostiene el presidente de la institución
Domingo 4 de octubre de 2015, p. 2
Desde hace cientos de años el ajedrez acompaña al ser humano. Hoy son numerosos los estudios que hablan de cómo la práctica de este deporte para unos o juego para otros potencializa el desarrollo de la inteligencia en los niños, sirve de terapia para los adultos mayores y permite reconstruir el entramado social en comunidades vulnerables, como los desempleados, los presos y en comedores comunitarios.
Para que esto ocurra se necesitan profesores de ajedrez, ahí entra el trabajo de la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica, presidida por Hiquíngari Carranza, que tiene como reto concluir 2015 con 8 mil o 10 mil maestros de ajedrez y, en tres años, que esa suma alcance 80 mil profesores.
Esta creación de nuevos profesores se realiza mediante el programa El ajedrez como herramienta pedagógica y social, integrado por un seminario presencial de dos días y 230 horas de formación a distancia mediante una plataforma en línea.
La convocatoria está dirigida a normalistas, pedagogos, pasantes universitarios, ajedrecistas con vocación educativa, instructores académicos, profesores de educación básica en activo y jubilados, así como a cualquier persona interesada con habilidades para la docencia.
Para inscribirse en el seminario, cuyo costo total es de 850 pesos, no es necesario saber jugar ajedrez. Ya se han realizado dos seminarios desde la creación de la fundación en su rama iberoamericana, en abril de 2014, y este tercer seminario empieza con la parte presencial los días 24 y 25 de octubre.
La Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica “se propone formar miles de niños en la región. Finalmente, la misión de las fundaciones –existe una en cada continente– es llevar el ajedrez a los niños como una herramienta educativa, de la inteligencia, del desarrollo cognitivo y como un elemento que les permite utilizar muchas de esas fortalezas en la vida, en la toma de decisiones, de liderazgo y otras capacidades que el ajedrez desarrolla de manera natural al practicarlo”, señala Carranza.
No perdamos de vista que el ajedrez tiene años de acompañar al hombre y ha estado presente en distintos momentos de la humanidad, ya sea en el ocio, la educación o la vida, y ha tocado aspectos como la literatura, la ciencia, la cultura, el teatro. Ha tomado más relevancia porque tiene respaldo científico en cuanto a sus potencialidades: se han hecho estudios muy serios que han determinado que efectivamente ayuda en el desarrollo intelectual de los niños, pero también permite a los adultos mayores prevenir demencia senil, envejecimiento cerebral o Alzheimer, o a niños con síndrome de Down, Asperger, autismo o TDH (trastorno de déficit de atención por hiperactividad).
No sólo eso, el ajedrez tiene una función social: Se aplica en comedores comunitarios y acompaña a las personas en vulnerabilidad; permite reconstruir el entramado social, ayuda a construir comunidad
, añade Carranza.
Por ello, la fundación tiene como propósito llevar el ajedrez al mayor número de niños, para lo cual se requiere de profesores, maestros, que transmitan el conocimiento del ajedrez; por ello hemos desarrollado un modelo de enseñanza
mediante el seminario de capacitación y certificación para profesores de ajedrez El ajedrez como herramienta pedagógica y social.
Quienes se forman en el seminario tienen además la posibilidad de generar un nuevo campo de trabajo, ya que pueden abrir su academia de ajedrez, dar clases en parques, jardines o plazas públicas.
Con dos seminarios ya realizados y el tercero por abrirse a fin de mes “hemos tenido resultados muy interesantes. Tenemos testimonios de profesores que ya están aplicando su conocimiento ajedrecístico y ya lo están llevando a sus ámbitos de acción. Lo que hacemos con el seminario es abrirles una ventana y mostrarles todo lo que hay detrás de esta práctica.
En el imaginario colectivo, cuando se escucha de ajedrez, se piensa en inteligencia, creatividad, en algo difícil de acceder, en estatus, pero conocer a profundidad lo que es solamente se logra abriendo esa ventana que enseña lo que hay detrás
del tablero.
Un profesor es capaz de enseñar a 200 alumnos en un año, “si tenemos 10 mil profesores –nuestra meta para 2015, porque queremos terminar el año con entre 8 mil y 10 mil docentes– significa que podemos atender a 2 millones de niños de manera inmediata. Si en tres años llegamos a nuestra meta que es de 80 mil profesores, entonces podremos atender a 16 millones de niños. México tiene 25 millones de niños hasta educación media, así que estaríamos atendiendo a más de la mitad”.
Las inscripciones al tercer seminario están abiertas. Mayores informes en www.kasparovfundacionajedrez.com