El Gremio de Productores Lecheros de la República Mexicana y la Federación Mexicana de Lechería pidieron al gobierno que en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que se llevan a cabo en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, se abstengan de presentar ofertas no acordadas o sin consensuar con el sector nacional.

El Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche se pronunció por sacar al producto de dichas negociaciones. Álvaro González Muñoz, presidente de la agrupación, expuso que los riesgo son muy altos para los productores mexicanos, pues las naciones que forman el bloque comercial ofrecerán a precios muy bajos el lácteo, lo que llevará a la quiebra a la mayoría de los 250 mil productores.

Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería, señaló que los negociadores nacionales no deben utilizar como moneda de cambio a los productores de leche; no somos un gremio como el textil o el de patentes médicas.

Salvador Álvarez Morán, presidente del Gremio de Productores Lecheros de la República Mexicana, expuso que dicho sector atraviesa por una crisis profunda, ocasionada por la sobreoferta de leche en el mundo, lo que ha provocado una caída en 70 por ciento de los precios en año y medio. La situación puede empeorar si se incluye la leche en el TPP, pues Nueva Zelanda es el principal exportador del producto y quesos en el mundo; sus ventajas competitivas le permiten producir leche a la mitad de lo que cuesta en México.

Refirió que la cadena de leche mexicana está formada por 250 mil unidades de producción, de las que 96 por ciento cuenta con menos de 100 cabezas, las cuales generan 635 mil empleos directos e indirectos.

Ambos refirieron que los 240 mil ganaderos lecheros continúan enfrentando una situación complicada por los bajos pagos que reciben, los cuales están por debajo de los costos de producción. Cientos de pequeños y medianos productores están en riesgo de desaparecer, apuntaron en entrevistas por separado.

Gómez Cobo dijo que el costo de producción se elevó en 30 por ciento, debido a los efectos de la devaluación del peso frente al dólar, ya que 85 por ciento de los insumos están tasados en esa divisa.