Con la homologación del salario mínimo en México, que entró en vigor ayer, se envía la señal al gran capital internacional de que nuestro país es un territorio de salarios bajos, para laborar en actividades de servicios de baja productividad, señaló el Observatorio del Salario Mínimo de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

En un amplio informe que elaboró sobre el tema, sostuvo que el nivel actual de los mínimos lo único que garantizan es que gran parte de la población en situación de pobreza, continúe en ella.

Expuso que la referida homologación no resuelve de fondo el problema de la desigual distribución de la riqueza social, de la persistencia de trabajadores pobres y tampoco es un mensaje positivo para ellos al considerarlos como una masa generalizada que sobrevive con apenas ingresos para medio alimentarse, sin cubrir otras necesidades materiales, culturales, de educación y de salud.

Para este centro de investigación, mientras permanezca esta política de contención salarial que ha generado una pérdida no sólo del poder adquisitivo, sino de la participación de los trabajadores en la riqueza social, México será más desigual, y las mayorías tendrán bajos niveles de vida.

Puso de ejemplo que en 1976, cuando el salario mínimo llegó a su punto más alto y gran porcentaje de la población lo percibía, a los trabajadores les correspondía 49 por ciento de la riqueza nacional, mientras los dueños del capital tenían 51 por ciento. Para 2015, gracias a la política de contención salarial, ahora la población económicamente activa recibe apenas 25 por ciento del producto interno bruto.

También indica el análisis que el poder adquisitivo debe medirse bajo un índice de costo de vida y no mediante el indice nacional de precios, como se ha venido haciendo. Señala que un salario unificado a nivel nacional no considera diferenciales regionales, ya que varían mucho los costos del transporte, vivienda y productos básicos en el Distrito Federal, respecto de otras entidades del país.

El Observatorio expuso que la referida homologación responde a exigencias de grupos económicos nacionales e internacioneles que vinculados al sector exportador y especulativo impulsaron esta medida que les traerá beneficios. Incluso, para el gran capital internacional que invierta en México, con la devaluación del dólar se abarata aún más el costo laboral, pues el mínimo pasó de significar 5.2 a 4 dólares la jornada. Mientras en Estados Unidos la más baja percepción que puede tener un trabajador es de 5.5 dólares la hora.

En resumen, en México, quienes ganan el salario mínimo siguen estando por debajo del ingreso que marca el umbral de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.