ladimir Putin, presidente de Rusia, suele dar motivos para ser noticia mundial. No sólo por la forma casi dictatorial en que ejerce su oficio o persigue a sus oponentes y críticos. De colección son las fotos en las que el ex encargado de la seguridad en la antigua Unión Soviética presume su cuerpo, que considera el mejor ejemplo de la fisicultura.

La más reciente declaración a la televisión suiza lo muestra tal como es: afirmó que el señor Joseph Blatter, desde 1998 presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), merece el Nobel. Hombres como él, o jefes de otras organizaciones deportivas internacionales o de los Juegos Olímpicos, deberían recibir reconocimientos especiales. Y si hay alguien que se merezca el premio Nobel es Blatter.

Además, el líder ruso lo defendió de las acusaciones de corrupción que lo obligan a dejar su cargo en febrero próximo. En cambio, acusó a Estados Unidos de querer implantar su ley en otros países, entre ellos Suiza, pues la lucha de la justicia estadunidense no es contra la corrupción, sino para boicotear los mundiales de futbol en Rusia en 2018 y Qatar en 2022.

Blatter ha reafirmado su inocencia y tener la conciencia limpia en los casos de malos manejos detectados en la FIFA durante su mandato. Confiesa que su fe y rezar le han dado fuerzas para salir adelante. Y gracias a tener una cruz de oro bendecida por el papa Francisco. Creo que voy a ir al cielo un día y que no hay infierno, como asegura el Papa.

Pero Francisco todavía no hace milagros y Blatter vive ya en un infierno terrenal si nos atenemos a las últimas pesquisas de las autoridades de Suiza y Estados Unidos que lo involucrarían en varios casos de corrupción, conspiración y crimen organizado. Una de ellas aleja de la posibilidad de ser electo nuevo presidente de la FIFA al francés Michel Platini, ex jugador de fama mundial que ahora dirige la Unión Europea de Futbol y es acérrimo crítico de Blatter.

No siempre lo fue: los investigadores suizos descubrieron que éste concedió a Platini irregularmente 2 millones de dólares supuestamente destinados a obras efectuadas entre 1999 y 2011. Extrañamente, el pago se hizo en 2012. Platini dijo a las autoridades suizas que todo fue legal, mientras Blatter afirma que fue un chantaje del ex jugador.

A medida que avanzan las investigaciones caen otros personajes vinculados a Blatter. El último, Jerome Vackle, su colaborador más cercano, por revender boletos del Mundial. Mientras, en Estados Unidos investigan los sobornos que algunos dirigentes del futbol recibieron por la venta de los derechos para transmitir por televisión la Copa América 2016. No se sorprenda el lector si aparecen nombres importantes vinculados con ese negocio deportivo o la televisión de México.