El aspirante a rector señala que es necesario enfocarse en la descentralización
Actual director de la ENES León, destaca que la casa de estudios tiene varios pendientes
Jueves 1º de octubre de 2015, p. 36
El presente y el futuro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) están más de allá de los límites de Ciudad Universitaria (CU), considera Javier de la Fuente, quien con 59 años de edad aspira a convertirse en el próximo rector de esa casa de estudios.
“Dentro de las bardas de Copilco –la zona de la ciudad donde se ubica CU– se encuentra el corazón de la universidad, la parte emblemática. Pero la mayor parte de nuestra institución ya salió de ahí”, asegura.
En los cuatro años que lleva dirigiendo la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad León, desde donde se conecta a Skype para dar esta entrevista, ha aprendido que la UNAM necesita cambiar para adaptarse a esa realidad descentralizada. Sostiene que le gustaría ser rector para trabajar en esa transformación.
Javier de la Fuente dirigió ocho años la Facultad de Odontología en CU. Obtuvo el grado de maestría en ciencias en Inglaterra, donde estudió en el University College London y el London Hospital Medical College.
En 2011 dejó el Distrito Federal porque la Junta de Gobierno (JG) de la UNAM lo designó primer director de la ENES León, a propuesta de José Narro Robles, actual rector de la máxima casa de estudios y a quien De la Fuente aspira a relevar.
–¿Por qué quiere ser rector?
–Quiero proponer un proyecto que represente tantas ideas que han sido recogidas a lo largo de muchos años en la universidad. Habrá diferentes formas de ver a la UNAM y yo represento una.
–¿En qué consiste su plan de trabajo?
–La institución debe seguir creciendo y generando oportunidades para los jóvenes, pero no tiene que hacerlo en CU, sino en su carácter nacional, replicando proyectos como los de las ENES de León y Morelia.
–¿Qué significaría ese crecimiento de la UNAM fuera de CU?
–Imaginemos una ENES en Taxco, en Juriquilla o en Oaxaca; daría oportunidades no sólo a los estudiantes, sino a quienes no van a la universidad. La población se beneficiaría de los servicios de la UNAM, de la divulgación y la cultura. En el DF la cobertura universitaria es respetable, pero en otras entidades hay un enorme atraso y es ahí donde se debe enfocar el crecimiento.
La institución no va a solucionar sola el problema de la cobertura, pero puede ser un detonante de oportunidades y cambios
, afirma.
Puso de ejemplo que a la ENES León asisten jóvenes de municipios que tienen menos de 10 mil habitantes. Para ellos la universidad de CU no existe: es un espacio lejano y utópico, nada más. Que la UNAM llegue a ellos significa una gran oportunidad. Esa es la contribución que debe hacer esta casa de estudios
.
–¿Qué transformaciones necesita la UNAM para alcanzar esta descentralización?
–Podemos tener una universidad en línea, pero no sólo en términos de sus acervos, sino interconectada. Visualizo una institución en la que los alumnos de esas ENES pudieran estar enlazados a los seminarios que hay en CU, que lograran tener el fin de semana a la Filarmónica, aquí en su auditorio; a los catedráticos de la UNAM impartiendo videoconferencias.
“La mayor parte de la UNAM está fuera de Ciudad Universitaria, está en los estados y en sedes fuera del país.
–¿Esta visión la adquirió por trabajar lejos de CU?
–Cuando estás adentro no alcanzas a ver más allá de Copilco, pero cuando sales de ahí te das cuenta de que la universidad es inmensa y que debe replantearse su carácter nacional, sus formas de administrarse y de comunicarse académicamente.
–¿Qué otros retos ve pendientes para la UNAM?
–Los jóvenes no perciben en este país un espacio de oportunidad, de seguridad o de tener un futuro. Todo eso involucra a la máxima casa de estudios. Son retos enormes, sociales, demográficos. Otros son económicos.
¿Cómo puedes plantearte una visión de universidad a 10 años si tienes que negociar los presupuestos anualmente? ¿Cómo comprometerse a un crecimiento de 5 por ciento de la matrícula si no sabes si los fondos el próximo año serán suficientes?
–¿No se siente en desventaja en este proceso de sucesión del rector por estar lejos de Ciudad Universitaria?
–No, desde acá nos van a escuchar. Iré a México algunas veces, pero al final del día lo que cuenta es tu trayectoria, el compromiso que has mostrado, la pasión y el liderazgo. Eso es lo que se toma en cuenta, no necesariamente el piso que ocupes en la Torre de Rectoría o el tamaño de la facultad que diriges.
–¿Por qué deberían escogerlo a usted?
–Yo lo que puedo hacer es ser honesto y explicar mi visión de la universidad. La Junta de Gobierno escogerá qué es lo mejor para la UNAM. Estoy seguro de que tomarán la mejor decisión.