Sábado 26 de septiembre de 2015, p. 19
Mina, Arabia Saudita.
Irán criticó duramente este viernes a Arabia Saudita por la organización de la peregrinación a La Meca, un día después de la estampida que causó más de 700 muertos, 131 de los cuales eran iraníes, y exigió participar en la investigación, al aumentar la tensión entre ambos países.
"Países como Irán, que sufrieron mucho, deben tener sus representantes en la investigación para determinar las causas de la catástrofe y obtener la certeza de que eso no volverá a ocurrir en el futuro", declaró este viernes el primer vicepresidente iraní Es-hagh Jahanguiri a la televisión estatal, luego de una reunión extraordinaria del gabinete.
Ambos países tienen relaciones tensas desde la instauración de instauración de la república islámica en Irán en 1979. Su rivalidad proyecta también el cisma entre chiítas y sunitas, representados por Irán y Arabia Saudita, respectivamente. En los últimos años, las relaciones se degradaron por los conflictos en Siria y Yemen, en la que estos dos rivales regionales adoptaron posiciones enfrentadas.
El jueves, el guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, anunció tres días de duelo por los 131 iraníes muertos en la estampida, en un mensaje en que el que atribuyó el accidente a la "mala gestión" de las autoridades sauditas.
Este viernes varios dirigentes iraníes denunciaron "la incompetencia" del reino para gestionar la peregrinación. El encargado de negocios de Arabia Saudita fue convocado en dos ocasiones por el ministerio iraní de Asuntos Exteriores para trasmitirle una "protesta" oficial.
Desde Nueva York, donde participará en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, el presidente iraní Hassan Rohani pidió al gobierno saudita que asuma sus responsabilidades en esta catástrofe. Tras la plegaria semanal, en varias ciudades se registraron protestas antisauditas, en la que muchos manifestantes gritaron la consigna "Muerte para al Saud" (la familia real de Arabia Saudita).
Teherán acusó además a las autoridades sauditas de rebajar la cifra de víctimas y asegurá que el balance puede llegar a los mil 500 muertos. Según el último balance oficial, 717 personas murieron y 863 resultaron heridas en la estampida, en la mayor tragedia registrada en el hach en 25 años.
Sin margen de maniobra
Este viernes los peregrinos musulmanes retomaron el ritual de la lapidación de Satán, pero la muchedumbre era menos compacta que la víspera y muchos fieles expresaron su temor. Las autoridades sauditas prometieron una investigación "rápida y transparente" sobre lo ocurrido, y el rey Salmán ordenó "una revisión" de la organización del evento.
Mohamed Hasan, un egipcio de 39 años, dijo que temía una nueva estampida, al criticar la mala gestión de los desplazamientos de los casi dos millones de fieles reunidos en Mina, a cinco kilómetros de La Meca. "Arabia Saudita gasta mucho dinero en el hach, pero la organización es negligente", opinó Ahmed, otro peregrino egipcio, que consideró que el flujo de peregrinos de Mina, una ciudad de carpas blancas, debería gestionarse mejor.
El hach ha sido especialmente mortífero este año. El 11 de septiembre una grúa se derrumbó en la Gran Mezquita de La Meca, matando a 109 personas e hiriendo al menos a 400.