El coordinador del PRD en la Cámara de Senadores, Miguel Barbosa, demandó la remoción del embajador de México en Inglaterra, Diego Gómez Pickering, ya que quien representa al país no puede ignorar o falsear la historia nacional.

Asimismo, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para Europa, Rabindranath Salazar, consideró que el hecho de que el embajador haya cambiado la arenga en la ceremonia del Grito de Independencia el pasado día 15, cuando exclamó: ¡Viva Porfirio Díaz!, obliga a que el gobierno de Enrique Peña Nieto lo separe de la representación diplomática en Gran Bretaña.

El coordinador del PAN, Fernando Herrera, consideró que la Secretaría de Relaciones Exteriores debe formular “por lo menos un extrañamiento (al embajador) por confundir a los héroes de la Independencia con los de la Revolución, ya que también lanzó vivas a Emiliano Zapata.

“El colmo fue que mencionara al dictador Porfirio Díaz; sólo le faltó gritar “Viva El Chicharito”. Con ironía, comentó: seguro fue a la misma escuela que el actor Cristian Castro.

La senadora panista Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, dijo que un error cualquiera lo tiene y afirmó que Gómez Pickering es uno de los embajadores más preparados y que, en todo caso, la cancillería debe enviar un protocolo, un guión a todos los representantes diplomáticos, donde se indique lo que deben decir la noche del Grito de Independencia.

La senadora perredista Dolores Padierna consideró que a ese embajador le deberían dar clases de historia, porque fue una vergüenza ensalzar la figura de un dictador, como Porfirio Díaz, en la ceremonia por el aniversario de la Independencia.

Recordó que su bancada estuvo en contra de su nombramiento como embajador en Gran Bretaña, ya que no tiene carrera en el servicio exterior, pero es allegado al presidente Peña Nieto.

Por separado, Barbosa consideró que Gómez Pickering es un hombre preparado, pero la cancillería debe removerlo. No fue un gazapo o un error, cambió la percepción de la historia y no se comportó como representante del Estado mexicano.