Aspirantes a dirigir el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se placearon ayer durante el 14 congreso nacional, en busca de ganar adeptos.

Anoche se esperaba que se aprobara la modificación estatutaria que allana el camino al diputado Agustín Basave para ser el próximo presidente del partido, aunque no por unanimidad, pues algunos congresistas habían expresado a lo largo del día su desacuerdo.

En los corrillos de la reunión perredista se denunció que se trataba de un congreso a modo, y que ello no garantiza que Basave, en caso de resultar electo, podrá sacar adelante al PRD, debido a que como interino concluiría su mandato en 2017, y el año próximo es electoral.

Incluso se mencionó que no hay certeza de que la renovación de la dirigencia nacional se lleve a cabo en octubre o noviembre, como esperan algunos líderes, sino hasta el próximo año.

Un grupo –entre ellos el diputado Rafael Hernández Soriano, Saúl Vicente (presidente municipal de Juchitán, Oaxaca) y Guillermo Flores (director del Instituto de Formación Política del partido)– circuló un documento en el que se planteó que el cambio de la dirección del sol azteca representa la última oportunidad para la transformación pospuesta y tantas veces simulada. Lo hacemos ahora o los votos nos relegarán, en el mejor de los casos, a la marginalidad.

Apuntaron que en la elección del nuevo presidente un acuerdo entre corrientes no da legitimidad social; tampoco el sufragio de clientelas movilizadas con dinero y despensas.

Entre los aspirantes a dirigir al PRD que ayer asistieron al congreso están Agustín Basave, Beatriz Mojica y David Razú.