a chikungunya continúa causando estragos en la salud de los guerrerenses sin que las autoridades den una explicación satisfactoria del grado de afectación ni de los alcances del mal, lo que se agrava con la opinión temeraria de supuestos expertos en el tema. Desafortunadas resultan las versiones de dos ex funcionarios del sector salud, pues carecen del sustento más elemental que permita a la población sopesar la gravedad del mal y que ya comienza a tratarlo como si fuera parte de la vida cotidiana; además su información carece de datos completos.

El gastroenterólogo Jaime Salgado Wences, ex jefe de la jurisdicción sanitaria uno, de la Secretaría de Salud, consideró que de seis a 12 meses, el ciento por ciento de la población calentana habrá de padecer chikungunya, sin aportar ningún elemento que lleve a confiar la es veracidad de su dicho. Con él coincidió Víctor Mojica Wences, ex titular de la misma jurisdicción. Ni Salgado Wences ni Mojica Wences tienen información fidedigna sobre el virus, pues ya no son funcionarios públicos; si presentaran algún estudio que hayan elaborado sería bueno analizarlo para ver qué se desprende; sin embargo, ambos ex servidores públicos hablan como podría hacerlo un ciudadano medianamente informado en los medios de comunicación.

Eso sí, hay el riesgo de que, por haber sido titulares de la jurisdicción sanitaria de la zona, sus opiniones sean tomadas como verídicas y siembren el terror entre los calentanos. Que el chikungunya causa estragos es una verdad que no necesita demostración; la gente lo está viviendo, no es predicción, pero de eso a que todos los habitantes de la región van a caer atacados por el mal es un vaticinio temerario

Si fuera cierto significaría que no sólo la totalidad de los calentanos saldrán afectados, sino también todos los habitantes de Costa Grande, Acapulco y Costa Chica, donde primero cundió el mal y se sigue extendiendo. Los que sustentan estos dichos, sin más ni más, sólo buscan reflectores que de otra manera no les llegarían.