La Inequidad Distributiva en México (1/3)
n México se perfila y agrava día con día un gran conflicto económico, social y político que tiene en sus orígenes un común denominador: la en extremo injusta distribución del ingreso y la riqueza, madre a su vez de la pobreza mayoritaria, el desplazamiento, la emigración, el subconsumo, el estancamiento económico, la descapitalización, la criminalidad, el despojo de los recursos nacionales y la polarización social, entre otros efectos.
Dedicamos así éste y el siguiente Reporte al análisis de los principales resultados oficiales de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares ENIGH 2014, y en un tercero abordaremos el enfoque independiente realizado por Oxfam sobre la desigualdad en México, incluyendo algunas reflexiones y conclusiones propias.
La ENIGH – que el INEGI levanta cada dos años y cuyos resultados de 2014 recién se han hecho públicos – considera un universo de 119 millones 906 mil integrantes de los 31 millones 671 mil hogares registrados. Esto arroja un promedio de 3.8 integrantes por hogar, de los cuales 1.1 son menores de 15 años, 2.4 integrantes tienen entre 15 y 64 años, y 0.3 tienen 65 años o más. El jefe (a) del hogar tiene en promedio 48.8 años de edad, y 2.4 integrantes son perceptores de algún ingreso.
El ingreso de los hogares
En el acostumbrado trimestre de levantamiento (fines de agosto a fines de noviembre) el ingreso total de los hogares se ubicó en 1 billón 307 mil millones de pesos, 96.3% del cual correspondió a ingresos corrientes y según la ENIGH, sólo 3.7% correspondió a ingresos financieros y de capital (Gráfico 1).
De los rubros que integran el ingreso de los hogares, el más importante corresponde a las Remuneraciones percibidas por trabajo subordinado (52.5% del ingreso total en promedio), aunque estas remuneraciones sólo representan el 19.7% en el ingreso del decil I (el 10% más pobre de los hogares) y llegan al 55.2% en el decil X (el 10% más rico de los hogares) donde se concentran los empleos de altos sueldos y prestaciones.
El segundo rubro en importancia, es el ingreso por Transferencias, que en promedio representan el 11.1% del ingreso total de los hogares. No obstante, llama la atención que estas transferencias – que se identifican con los apoyos que reciben las familias más pobres (programas gubernamentales, remesas familiares, donativos asistenciales, becas, regalos, jubilaciones y pensiones institucionales – si bien representan el 24.6% en el ingreso del decil I y únicamente el 10.8% del ingreso del decil X, en términos monetarios estos hogares más ricos reciben por esta vía casi ocho veces más recursos (49 mil 862 millones en el trimestre) que los hogares más pobres (6 mil 450 millones) (Gráfico 1).
Comparando con la Encuesta 2012, en la 2014 se registraron algunos cambios: mejoraron ligeramente su participación en el ingreso total los deciles I (a 2.0%), II (3.3), III (4.3) y IV (5.3); permanecieron igual los deciles V (6.3%) y VI (7.5); y disminuyeron su participación los hogares de los deciles VII (a 9.0%), VIII (11.3) y IX (15.6). El decil X de mayor ingreso, sin embargo, aumentó su participación y llegó a captar, según el INEGI, el 35.5% del ingreso total de los hogares (Gráfico 2), esto es, aproximadamente el ingreso acumulado de los deciles I a VII, el ingreso del 70% de los hogares del país.
Esta concentración en el decil X (específicamente del ingreso corriente) y su distribución por deciles prácticamente permanece sin cambios en la última década (Gráfico 3) y de mucho tiempo atrás, reflejando lo que perece ser una política de estado para la inequidad distributiva.
La caída del ingreso
Entre 2012 y 2014 el ingreso corriente promedio por hogar se redujo en total -3.5%, y por deciles sólo aumentó en el I gracias a los programas de subsidio a la pobreza pero cayó en todos los demás, desde -0.1% en el decil II hasta -6.1% en el decil VII (afectación a la clase media) (Gráfico 4).
Tomando las últimas cuatro encuestas (6 años), este ingreso por hogar fue en promedio nacional -14.2% inferior en 2014 al ingreso de 2008 en términos reales (sin inflación), con un decil I prácticamente estático 0.1% y caídas en todos los demás con afectación máxima en el decil IX que presenta una disminución real de -16.8%
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