La sede alterna del Senado, ubicada en Xicoténcatl, en el Centro Histórico de la ciudad de México, fue sometida a un proceso de rehabilitación estructural y remoción, para regresar a la fisonomía original que tuvo durante el porfiriato.

Toneladas de cemento y otros materiales fueron retirados del edificio, sobre todo del patio, donde se construyeron oficinas durante los pasados 30 años en que fue sede senatorial. A punto de terminar la remodelación, iniciada a principios de julio, comienza a verse ya la cara original del inmueble, que tiene cimientos del siglo XVI y fue parte del Hospital de San Andrés.

Durante los trabajos, según detalló la arquitecta Paula González, encontraron incluso un arco del siglo XVIII, que estaba cubierto con un muro de concreto y aplanado, el cual está siendo restaurado.

Detalló que fue una gran emoción descubrir ese arco, escondido entre capas de concreto y una gran responsabilidad rescatarlo.

Los trabajos se han intensificado, ya que la obra debe quedar lista para el próximo martes, en que el presidente del Senado, el perredista Miguel Barbosa, rendirá su informe.

Arquitectos, ingenieros y obreros trabajan las 24 horas en lo que ahora parece un edificio golpeado por un bombardeo.

Andamios, tablones, costales de cemento, vigas expuestas, agujeros y tramos de cableado están por todas partes.

La estatua de Belisario Domínguez quedó envuelta en capas y capas de plástico para preservarla del polvo.

Se ven ya las grandes arcadas del patio colonial, que en las décadas recientes fueron cubiertas con cristal y albergaron oficinas de la Mesa Directiva y la junta de coordinación.

Se eliminó también una estructura, a manera de tapanco, que se construyó entre el primer piso y el segundo, y albergó la sala de prensa.

No se ha dado a conocer el costo de la recuperación del patio de la sede de Xicoténcatl.