Resuelto el relevo en la presidencia nacional del PRI en favor de Manlio Fabio Beltrones Rivera, la atención se enfoca en el reparto de posiciones del tricolor en la Cámara de Diputados.

Se perfilan para encabezar la coordinación de los legisladores y la mesa directiva César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega, respectivamente.

Desde meses antes se mencionaba a Camacho para la coordinación de los diputados priístas. Su origen mexiquense, el respaldo incondicional a la administración de Enrique Peña Nieto, y los resultados electorales sin altibajos –de casi tres años a la fecha– le garantizarán llegar a la coordinación en San Lázaro.

Fuentes consultadas en el PRI le auguran al mexiquense una elección interna sin sobresaltos, incluso se adelantan a sostener que su nombramiento ocurrirá por aclamación.

No obstante, se avizora un desencuentro tricolor en la Cámara de Diputados cuando se dirima a quién corresponderá la mesa directiva.

Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán, lleva la mano porque su perfil se ajusta a la reforma presidencial en materia de equidad de genero, que garantizará en muy escaso tiempo la participación paritaria de mujeres y hombres en política. De tal forma, la todavía secretaria del CEN priísta presentará su candidatura y gracias al pragmatismo tricolor y a los dictados de la cúpula en el poder, ganará sin dificultad su estancia en el órgano de gobierno más visible de la Cámara de Diputados.

Esa posición era disputada, todavía hace unos días, por el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, quien perdió hace nueve años ante Ortega la candidatura al gobierno de su estado. Y ahora su paisana habrá de imponérsele de nueva cuenta.

Ramírez Marín fungió como un notable operador político-electoral en la campaña presidencial de Peña Nieto, y resultado de su trabajo fue nombrado titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, organismo que el presidente de la República presentó como la novedad en su estrategia de gobierno.

Durante aquel trance electoral, Ramírez Marín tejió una relación cercana con Luis Videgaray Caso –actual secretario de Hacienda–, y a decir de los priístas consultados, éste lo impulsa para ubicarlo en la mesa directiva de San Lázaro, puesto que serviría a su interés por convertirse en candidato priísta al gobierno de Yucatán.

No obstante, en las filas del tricolor la influencia de Videgaray no será suficiente para que Ramírez Marín logre el respaldo legislativo necesario para convertirse en presidente de la mesa directiva. Tal decaimiento se atribuye a las enormes dificultades económicas del país y, por tanto, de la mayoría de la población.

Un tercer interesado es el sinaloense Enrique Jackson Ramírez, quien en uno de sus pasados encargos prohijó a Aurelio Nuño cuando éste regreso a México después de haberse graduado en el extranjero. Ahora, Jackson Ramírez es considerado como el beneficiario de Nuño, a quien no se le reconoce arraigo priísta. Entre las fuerzas que se mueven en la bancada del PRI en la Cámara de Diputados se descarta que la influencia del jefe de la oficina presidencial alcance para llevar a su antiguo mentor a la mesa directiva.