Comuneros de San Francisco Xochicuautla, estado de México, acompañados por integrantes de más de 15 organizaciones en defensa del medio ambiente y derechos humanos, realizaron una caravana-rodada en carros y bicicletas para exigir la protección del territorio otomí.

Temprano, jóvenes y padres de familia, quienes partieron del Museo de Antropología, en Polanco, en aproximadamente 30 bicicletas y 20 automóviles, recorrieron alrededor de 60 kilómetros. Durante el trayecto realizaron dos paradas para descansar: una en la caseta México-Toluca y la segunda a la altura de Lerma, luego continuaron hasta Xochicuautla.

Los pobladores denunciaron que empresas respaldadas por el gobierno federal han despojado las tierras de comunidades indígenas de la zona donde se expropiaron terrenos para construir la autopista Naucalpan-Toluca.

Desde hace ocho años resistimos la imposición de la autopista, obra concesionada a la empresa Teya, filial del grupo Higa, el mismo consorcio que le regaló a (Enrique) Peña Nieto una casa de 86 millones de pesos en Lomas de Chapultepec, subrayaron.

Manifestaron que dicho proyecto de muerte amenaza con destruir el sagrado bosque otomí-mexica, pulmón de agua para los valles de Toluca y México.

Antonio Miguel Reyes, comunero de San Francisco Xochicuautla, aseguró que a pesar de que la comunidad ha ganado amparos contra el proyecto, el pasado 9 de julio, Peña Nieto, sin previa consulta emitió un decreto presidencial que expropia 37 hectáreas de agostadero de uso común, lo que significa el despojo de nuestras tierras de cultivo, espacios de viviendas y tierras de uso común en su mayoría bosques será destruido para beneficiar un proyecto de infraestuctura privada y no lo vamos a permitir

Añadió que buscaron al gobernador de la entidad, Eruviel Ávila, para que frenara la contrucción, pero a la fecha nunca hubo un acercamiento. Hay grave violación a los derechos indígenas. Estamos en contra del decreto presidencial expropiatorio de nuestro territorio que legaliza la destrucción de nuestro bosque sagrado cometido por la empresa Autovan.

Antes de iniciar el trayecto el contingente pintó con leyendas los cristales de sus automóviles y colocaron pancartas que decían: ¡No al decreto presidencial de expropiación del territorio Otomí!, ¡Vamos guerreros, a defender el bosque!, Si otro mundo es posible, llegó la hora de decir cuál, ¡No al despojo, Xochicuautla no se vende!, entre otros.