L
a esencia del hombre es su ser social, una capacidad exclusiva de nuestra especie que trasciende su individualidad, al entregar a los demás el producto de su trabajo, con éste se construye un acervo que pertenece a la humanidad y es enriquecido continuamente por ella. El humanismo burgués en su rabioso individualismo se niega a aceptar esa aparente paradoja: la esencia humana radica fuera del hombre
(Jorge Carrión, Los recuerdos del porvenir, 1983).
Tal reflexión expresa la vida de Jesús Campos Linas, quien dedicó su profesión a los trabajadores y a los sindicatos independientes. Inició su labor como abogado en 1952, al segundo año de estudiar derecho en la Escuela de Jurisprudencia a los 20 años. Entonces era miembro de la Juventud Comunista, junto a Juan Brom, Arturo Bonilla y otros.
En 1956 forma parte del despacho de Juan Ortega Arenas y el Frente Obrero. Destaca asesorando luchas sindicales por su independencia de la CTM: Acros (en 1960), Dina (1961), líneas de pasaje urbano del DF (1962), con 21 sindicatos crean el Movimiento Independiente Sindical (1965), asesora el paro de 13 líneas camioneras del DF en 1965. Fueron populares las huelgas camioneras y las protestas de choferes en el Zócalo (1962-1967), cuando no había Metro.
En 1966 se separa de Ortega Arenas. Pero sigue en las luchas contra el pulpo camionero; 15 años trabaja en migración en el aeropuerto; en 1967 lo eligen secretario del exterior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación, hasta su expulsión en 1970 por intentar democratizar el gremio. En 1972 participa en la formación del Sindicato de Obreros Libres, la Cooperativa de Transporte Coatzacoalcos-Minatitlán, el Sindicato del Sanatorio Español; asesora la salida de sindicatos de la CTM en Colortex y Kimex, en la Compañía Industrial de Azcapotzalco en 1973. Lo mismo en Triconsa Conasupo y Aeroméxico en 1975, entre otras luchas.
Miguel Alemán impuso en los sindicatos nacionales –con charrazos o corrupción– la pérdida de su independencia, en acuerdo con Estados Unidos; el cuarto Congreso de la CTM (1947) inauguró la persecución de comunistas, lombardistas, etcétera. Expulsaron a todos los que fueran ajenos a la ideología del PRI.
El intento de recuperación sindical de 1956 a 1962, de ferroviarios, maestros, telegrafistas, petroleros, telefonistas, etcétera, fue ahogado con las represiones de 1959, 60 y 62. Por eso la lucha por la democracia e independencia sindical fue tan necesaria y difícil lograr.
El movimiento 22 de abril de telefonistas
En la madrugada del 23 de abril de 1976, un grupo de telefonistas fue a su casa y lo despertó, para pedirle que asesorara el paro nacional de Telmex iniciado un día antes. Al amanecer el paro se extendió a todo el país, demandaban la nulidad de la revisión contractual que Salustio Salgado hizo a espaldas de todos. La autoridad exigió levantar el paro primero y después llegar al arreglo; lo rechazó la asamblea: se acordó entre las partes un referendo nacional para elegir al comité ejecutivo: de Salustio o Hernández Juárez, el 11 de mayo.
La asamblea desconoció a todos los comités locales de Salustio y eligió nuevos en todo el país, para la democratización integral del gremio. El 26 de abril se levantó el paro y el 11 de mayo triunfó el cambio democrático. José Manuel Dip dijo: pocos abogados tomarían esa asesoría. Al paro lo siguieron en cuatro años otras tantas huelgas; el STRM salió del PRI y retomó los estatutos verdes
de 1958. Campos Linas renunció al sindicato el 22 de junio de 1978, al cambiar la línea democrática, el 7 de julio Excélsior publicó su renuncia.
Mantuvo la asesoría colectiva e individual, diario fue a tribunales durante 48 años, con una risa singular. Se le veía alegre cuando iba rodeado de trabajadores, en las asambleas y aún más en las luchas obreras. Aunque la represión fue la sombra de esas luchas.
Volvió a asesorar a Dina y Triconsa. Lo buscan de DM Nacional y el DIF Perinatología, de Conasupo Distribuidora, del Sindicato Nacional de Azúcar, el 21 congreso del Sindicato del IMSS, de Kimberly, los 600 despedidos de Telmex, todas fueron luchas de años 80 y 90. Llevó miles de juicios laborales individuales y de líderes sindicales. Tres cualidades destacaban: ofrecía alternativas a las luchas sindicales, la honestidad y su gallardía ante los desafíos.
Participó en el Frente Nacional de Abogados Democráticos de 1980 a 1988, en la ANAD de 1991-2015 y en la ALAL desde 2001. Lo mismo y con mucho ánimo, en las elecciones populares de 1988, 1994, 1997, 2000, 2006 y 2012. Sin pedir nunca puesto alguno. Incluso declinó la propuesta de Cuauhtémoc Cárdenas para subdelegado en 1997. En 1994 el EZLN lo nombra, como otros, su abogado en los Diálogos de Paz de San Andrés y después en la Comisión de Seguimiento.
En 2001, cuando iba a cumplir 50 años de abogado, Andrés Manuel López Obrador invitó a Campos a su equipo, ocupando la presidencia de la Junta Local del DF. En enero, al tomar posesión del cargo, en un auditorio dijo: Todos ustedes me conocen, siempre he sido abogado de trabajadores y sindicatos. Ahora dejaré esa postura, para ser imparcial como autoridad de la junta
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Pero las cámaras patronales protestaron; exigieron la renuncia de Campos, pues su trayectoria de 48 años demostraba su parcialidad. Creían que AMLO desconocía que la mayoría de las autoridades del trabajo de PRI y PAN salieron de las filas patronales.
Gracias a la Ley de Transparencia ya se pueden consultar los archivos anticomunistas (y todo lo que sea anti-PRI) de Gobernación, la visión deforme e inconstitucional de la realidad y sobre la obra profesional de Campos (265 fojas) de 1960 a 1985. Resulta reveladora la visión de varios gobiernos contra los sindicatos democráticos e independientes. Una auténtica visión deformada y pro patronal, que involuntariamente reconoce a un abogado luchador y honesto.
Los trabajadores y los abogados de la ANAD y ALAL, lo felicitamos por sus próximos 84 años y le deseamos lo mejor para su salud y su familia.