Con la insatisfacción de no haber ganado el máximo galardón de los Juegos Panamericanos, pero con la agenda llena de pendientes por mejorar antes de la próxima cita, este lunes regresó otra parte de la delegación nacional que el domingo anterior terminó su competencia en Toronto, Canadá.

El karateca Daniel Vargas, tercero en la división de menos 67 kilogramos, expuso que fue una experiencia mayúscula. Esta medalla de bronce realmente sabe a oro por todo el esfuerzo que implicó; es lo que me deja muy contento.

Aunque viajó con la idea de regresar con el oro, ahora sabe que para alcanzarlo no debe descuidarse ni un instante, porque en la semifinal, por una desatención, el argentino (Julián Pinzas) aprovechó y nos dejó con el bronce.

Su compañera Xhunashi Caballero –quien perdió la final en -68 kilogramos ante la brasileña Natalia Brozulatto– comentó que sintió gran madurez en esta justa canadiense en comparación con Guadalajara hace cuatro años, aunque los nervios siempre están presentes, pero ahora pude trabajar de manera diferente.

Aprendió que nunca debe bajar los brazos y sí trabajar mucho más fuerte, bajo el entendido de que muy probablemente en 2020 el karate ya esté en el programa olímpico; eso me tiene muy contenta y emocionada.

Expuso, sin ser justificación, que en la justa continental el conteo que se aplica en el karate es diferente al de otras pruebas, lo que complicó la participación de los nacionales, pero sabemos que hay para dar más.

Para la portera de la selección femenil de futbol Pamela Tajonar el bronce no fue un mal logro, pero tampoco lo que tenían en mente. A diferencia de la edición anterior, cometieron algunos descuidos, que no deben repetir en certámenes de esa importancia.

Gibran Lajud, también cancerbero, pero del representativo varonil, opinó que el equipo tuvo partidos de calidad, pero en la final ante Uruguay las imprecisiones cortaron el anhelo de conseguir el bicampeonato para México.