Vestidos confeccionados en seda o terciopelo, bordados con lentejuela, con plata o canutillo, así como casacas militares, faldas de raso, rebozos con hilos metálicos y abanicos con fastuosas plumas son parte de la exposición Hilos de historia: colección de indumentaria del Museo Nacional de Historia, montada en el recinto con sede en el Castillo de Chapultepec.

Las 180 piezas reunidas, además de crear un puente con el pasado, reflejan la habilidad de las manos de quienes elaboraron durante horas, las prendas que usaron importantes personajes e individuos con mucho poder económico.

María Hernández Ramírez, investigadora del museo, señala que esa muestra es única, porque es la primera vez que se presenta una exposición temporal exclusivamente de indumentaria, ya que en las anteriores se exhibieron pocas piezas.

El discurso museográfico de Hilos de historia... está orientado en destacar los trabajos manuales de las vestimentas para que el público reflexione acerca de las personas que se dedicaban a esa actividad.

“Los bordadores –explica la investigadora– tenían la habilidad de adornar con hilos de seda o con cuentas que aplicaban a los textiles. Esto es interesante porque lo hicieron para subsistir, les generaba ingresos para su manutención. También pienso en las horas que cada individuo pasó ejecutando cada uno de los trabajos manuales que hoy gracias a la tecnología se realizan con una máquina.”

La indumentaria que se exhibe en el Museo Nacional de Historia posee la cualidad de haber sido confeccionada con materiales delicados y antiguos que requieren de mucho cuidado; incluso cuando están guardados son cubiertos con un papel especial para evitar la acción de la polilla y que otros insectos los dañen, además del polvo.

Hilos de historia... incluye objetos adquiridos recientemente, como piezas del siglo XX, hasta los primeros que el museo reunió para comenzar su colección, entre las que figuran unas casacas de Vicente Guerrero y José María Morelos, un traje de Benito Juárez, una banda presidencial de Francisco I. Madero y un chaleco que perteneció al escultor Manuel Tolsá.

La exhibición se inicia con esas prendas vinculadas a protagonistas de la historia nacional, pero el acervo de indumentaria comenzó a formarse en 1900, cuando Isabel Pesado, viuda de Antonio de Mier y Celis, donó cuatro vestidos virreinales.

“Los vestidos son ejemplo del vestir de las mujeres novohispanas. En éstos encontramos la riqueza de sus materiales, tres de ellos están hechos en seda y uno en terciopelo, pero los cuatro comparten la característica de estar ricamente bordados.

Los bordados están hechos con lentejuela, plata bordada, canutillo e hilos que se llaman entorchados. Los cuatro vestidos están hechos totalmente a mano, comenta Hernández durante un recorrido por la exposición.

Botines de la emperatriz Carlota

En 1900 los vestidos virreinales se exhibieron en grandes vitrinas en el antiguo Museo Nacional, antecedente del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y después de un proceso de restauración y conservación, es la primera vez que se muestran juntos en el Museo Nacional de Historia.

Las prendas, las primeras en ingresar al antiguo Museo Nacional, por el material delicado con el que fueron confeccionadas, serán aspiradas perfectamente y almacenadas en gavetas por un buen tiempo antes de volverse a exhibir, así que ahora es la oportunidad para conocer las más antiguas.

En el recorrido por la exposición Hilos de historia: colección de indumentaria del Museo Nacional de Historia, el público puede conocer accesorios de la época, como abanicos, guantes, sombreros y bolsos, así como unos botines y prendas de la emperatriz Carlota y su hija.

La muestra también presenta un vestido de baile de Charles Frederick Worth, pionero del diseño de modas, a quien se considera el padre de la alta costura; y otro de Coco Chanel, así como el pañuelo que cubrió los restos (posiblemente el cráneo) de Hernán Cortés, el cual fue encontrado en 1946 en su tumba.

La exposición Hilos de historia: colección de indumentaria del Museo Nacional de Historia, concluirá el 2 de agosto en el recinto que se ubica en la primera sección del Bosque de Chapultepec.