La paridad de género en la política, que obliga a los partidos a postular igual número de hombres y mujeres, no es una medida temporal ni es para que tengamos mejores candidatas, sino para que puedan llegar a puestos de elección popular.

Coincidieron en lo anterior especialistas en el tema, entre ellas Patricia Olamendi Torres, Martha Tagle Martínez y María Eugenia López Brun, durante un conversatorio que abordó los logros de ese principio en el proceso electoral 2015, y que se llevó a cabo en el Instituto Mora.

El balance en las pasadas elecciones es favorable, pues aumentó el número de mujeres en la Cámara de Diputados y en los Congresos locales. Sin embargo, aún existe una brutal resistencia a escala municipal, el más importante para la población, señaló Rosario Guerra Díaz, politóloga y ex militante del PRI.

No pasamos de 7 por ciento en las alcaldías. Nuestra situación en el país se mide con un 7 por ciento, porque en el otro 93 no existimos, apuntó Olamendi Torres, ex subprocuradora de Justicia en el Distrito Federal.

No obstante que México es uno de los 12 países en establecer la paridad de género en el ámbito electoral, y ser una de las siete naciones en América Latina –junto con Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Panamá– en aplicarla, todavía hay dificultades para ejecutar este mandato.

Las mujeres que identifican a quienes pretenden impugnar su postulación o quitarlas de las listas de candidatos son amenazadas, indicó Martha Tagle, senadora suplente, quien hace unos días asumió el cargo. Además, enfrentan castigos en sus partidos y las marginan de la participación política, denunció Rosario Guerra.

Somos el único grupo en el país que ha tenido que luchar por sus derechos sin ser minoría, lamentó Paula Soto Maldonado, directora de Participación Social del Instituto Nacional de las Mujeres. A su vez, María Eugenia López señaló que la paridad es un cambio cultural enorme, al pasar del regateo de una cuota a la obligatoriedad de reservar 50 por ciento para ellas.

Si bien 27 entidades en el país han integrado el mandato de paridad legislativa en sus constituciones, y de ellos siete la extendieron a los ayuntamientos, esto continúa siendo un reto para la figura patriarcal, consideró Guerra Díaz. Mientras Patricia Olamendí aclaró: la lucha es por tener el cargo que me niegas. La lucha sí es por el poder.