La autopista Ruta del Bicentenario, entre sus opciones
Se habría dirigido hacia el centro de Almoloya de Juárez o hacia la vía que lleva a Atlacomulco
De ahí viajaría a Morelia o Guadalajara
Jueves 16 de julio de 2015, p. 4
Almoloya de Juárez, Méx.
Joaquín El Chapo Guzmán tuvo tres posibles vías de escape desde la zona del penal de máxima seguridad del Altiplano, de donde se fugó la noche del sábado anterior. El ex líder del cártel de Sinaloa sólo dispuso de entre seis y ocho minutos para abandonar la cárcel federal y emprender la huida a Zitácuaro, Toluca o el Distrito Federal como presuntos destinos.
El delincuente tenía como opciones utilizar la autopista Ruta del Bicentenario, que va de Lerma hasta Zitácuaro y tiene un ramal hacia Valle de Bravo. También pudo emprender camino hacia el centro de Almoloya de Juárez y de ahí alejarse hacia el sur tomando la carretera a Villa Victoria, o bien regresar hacia el Valle de Toluca. El tercer periplo, pero el más complicado, sería tomar la autopista Toluca-Atlacomulco para después de 60 kilómetros incorporarse a la vía hacia Maravatío, que lleva a Morelia y Guadalajara.
Del inmueble de la comunidad de Santa Juana –de donde partió el túnel que presuntamente utilizó para evadirse del Altiplano– es necesario recorrer casi 2.5 kilómetros de terracería para encontrar un camino pavimentado que conduce al centro de Almoloya de Juárez en un trayecto de no más de cinco minutos, pues son siete kilómetros.
A 20 metros de este camino intermunicipal se encuentra la autopista Ruta del Bicentenario, y aunque no existe acceso cercano en vehículo es posible acceder a ella a pie para después subirse a otra unidad y optar hacia Lerma para hacer conexión con la México-Toluca o hacia Zitácuaro, Michoacán.
Si el delincuente prófugo hubiera decidido tomar la autopista Toluca-Atlacomulco, necesariamente debió haber pasado por la puerta principal del octavo regimiento de infantería de la 22 Zona Militar, y en lugar de seis minutos hubiera requerido al menos el doble para alejarse de la región.
El misterio de la tierra del túnel
Sobre la pregunta de qué se hizo con las más de 2 mil 800 toneladas de tierra –según cálculos de ingenieros civiles– que se extrajeron del subsuelo de Santa Juana para construir el túnel de 1.5 kilometros hasta la celda que ocupaba El Chapo en el penal, se pudo constatar que ésta no fue sacada de la zona.
Justo frente al inmueble se bardeó un terreno de unos 300 metros, donde se fue colocando la arena y tierra que se extraía producto de la construcción del subterráneo.
Tomas aéreas permiten observar cómo en esta superficie existe arena de un color similar a la que se ubica en cubetas y carretillas dentro de la bodega donde daba la boca del túnel, lo que hace suponer que, tras ser extraídas, eran depositadas justamente en el terreno de enfrente.
Por ello se requirió levantar esta barda de no más de un metro y medio –en muchas partes con tabicones sobrepuestos– para que no fueran observadas las maniobras.