Estados Unidos no desistirá de su instalación, advierten
Jueves 16 de julio de 2015, p. 24
Moscú.
Estados Unidos –pese al histórico acuerdo alcanzado en Viena que sienta las bases para resolver el problema relacionado con el programa nuclear iraní– no desistirá de sus planes de instalar componentes de su sistema antimisiles en Europa, porque la verdadera finalidad de éste es, y siempre ha sido, neutralizar los misiles nucleares de Rusia, coinciden en advertir dos de los expertos rusos en materia militar más prestigiados.
El canciller Serguei Lavrov, al término de la reunión en Viena, recordó lo dicho por el presidente estadunidense Barack Obama el 5 de abril de 2009 en Praga, en el sentido de que, si se encontraba una solución a la amenaza que representa el programa nuclear de Irán
, el desarrollo del segmento europeo del escudo antimisiles de EU dejaría de ser prioridad
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El jefe de la diplomacia rusa, que dista de ser ingenuo, expresó la esperanza de que el Departamento de Estado se acuerde de las palabras de Obama y EU reconsidere sus planes, a sabiendas de que no lo va a hacer.
Con ello, y cuidadoso siempre del lenguaje de la diplomacia, Lavrov evitó tener que decir la cruda verdad que Víktor Litovkin, analista militar de la agencia Tass, reiteró este miércoles sin circunloquios: Estados Unidos siempre miente
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Litovkin argumenta que, desde que EU hizo pública la intención de instalar su escudo antimisiles en Polonia y después en Rumania, cerca de la frontera con Rusia, quedó claro que su objetivo era contener los misiles nucleares rusos Topol y Estilet, desplegados en las regiones de Tver y Kaluga.
Por esta razón, el Departamento de Estado no sólo no recordará la promesa de Obama, sino ya está buscando un nuevo pretexto para justificar el desarrollo del polémico escudo en Europa, considera a su vez Dimitri Danilov, vicepresidente de la Asociación de Estudios Europeos.
Danilov está convencido de que los misiles balísticos de Irán no representan una amenaza a los países europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte que requiera una respuesta de esa magnitud.
Ello explica, a juicio de Danilov, que las primeras reacciones al recordatorio de Lavrov, atribuidas a fuentes no identificadas del Departamento de Estado, sostienen que el acuerdo de Viena no suprime la conveniencia de desarrollar el escudo antimisiles en Europa por la amenaza que representan los misiles balísticos iraníes
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Esta tesis del nuevo peligro proveniente de Irán para los aliados europeos de EU, opina Litovkin, parece llevar la firma de la señora Rose Gottemoeller, sub- secretaria de Estado para control de armamento y seguridad internacional, quien hace ya un mes adelantó lo que haría Washington en caso de concluir con éxito las negociaciones en Viena:
“Nos sigue preocupando el programa de misiles balísticos de Irán. El presidente (Obama) ha dejado en claro que la solución del problema nuclear (de Irán) no va a suprimir la necesidad de instrumentar un sistema de defensa frente a los misiles balísticos y, por eso, EU continuará protegiendo la seguridad de sus aliados respecto de posibles amenazas desde Irán (…)”, afirmó Gottemoeller en una entrevista, en cita recuperada hoy por Litovkin.
Funcionarios de EU aseveran que el escudo en Europa no está concebido contra el arsenal nuclear ruso, pero Washington se niega a suscribir ese compromiso en un documento que ofrezca garantías legalmente vinculantes, mientras Rusia –por razones obvias– no acepta sólo una declaración de buenas intenciones.
En virtud de lo anterior, la controversia del sistema antimisiles de EU en Europa es desde hace años uno de los mayores puntos de desencuentro y confrontación entre Moscú y Washington.