Miércoles 8 de julio de 2015, p. 22
Brasilia.
Asediada por las revelaciones del escándalo de corrupción en la estatal Petrobras, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, desestimó la posibilidad de ser destituida, como sugirió en días recientes la oposición, y aseguró que los sectores que quieren su salida son un tanto golpistas
y los desafió a que prueban que haya cometido alguna irregularidad.
Yo no voy a caer. Eso es inconsistente, es lucha política
, dijo. Desafió a sus detractores a que intenten derribarla. No me pondrán nerviosa, no hay bases para que caiga
, declaró al diario Folha de Sao Paulo, al cual aseguró que tampoco renunciará.
La mandataria fue relecta en octubre con una estrecha ventaja sobre Aecio Neves, cuyo Partido de la Socialdemocracia Brasileña planteó el domingo la posibilidad de que Rousseff salga del poder antes de terminar su mandato.
Rousseff ha enfrentado incluso a sus aliados en el Congreso, pero hoy le expresaron en una carta su respeto a la Constitución y su compromiso con la voluntad popular expresada en las urnas
.