Los dos años recientes han sido como una cárcel. Han pasado días y noches de soledad, desgastantes, pero esto no impedirá que dejemos de exigir al gobierno el pago de nuestras pensiones vitalicias, aseguraron Cecilia Bertrand y Rogelio Martínez, sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación.

Desde hace cinco años, cuando la aerolínea dejó de volar, suspendieron el pago de pensiones. A partir de entonces la vida de más de 700 jubilados cambiaron. Varios perdimos nuestra familia, patrimonio y algunos hasta la vida. No es correcto que una población vulnerable, gente que ya dimos toda nuestra vida por este país, nos sigan pisoteando de esa manera.

Al respecto, Cecilia Bertrand asegura que la cantidad que les deben a cada uno por jubilaciones caídas es de aproximadamente un millón y medio de pesos. Son pensiones irrenunciables. Las autoridades dicen que nos adeudan sólo un año, pero es mentira. Manejan la ley a su manera.

Entrevistados en el plantón permanente que mantienen repleto de lonas desde el primero de julio de 2013 frente a los mostradores de la aerolínea en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, señalan que no ha sido fácil mantener el espacio en el que han vivido literalmente este par de años.

“Pasamos frío, hambre, enfermedades. Nos hemos enfrentado con borrachos que se quieren meter, con autoridades del aeropuerto y compañeros que han sido groseros porque no simpatizan con nosotros. Hasta se ha fumigado porque lidiamos con ratas y cucarachas. Y aunque ha sido muy difícil, aquí continuaremos aunque nos cueste la vida, porque no nos van a robar nuestras pensiones vitalicias; queremos que nos paguen y se haga justicia por la quiebra de Mexicana.

Es triste y deplorable la indiferencia de las autoridades y, por más que lo tratamos de exhibir, nadie nos voltea a ver. Nos volvimos parte del paisaje del aeropuerto capitalino. El gobierno federal tiene que resarcir todo el daño hecho porque han violado nuestros derechos laborales.

Los trabajadores en retiro recordaron que durante todo este viacrucis, en febrero del año pasado, con el apoyo de El Barzón Popular, lograron que la empresa les otorgara el dinero del fideicomiso F/797, el cual se integró con aportaciones que durante años hicieron los trabajadores de Mexicana para garantizar el pago de pensiones.

Sin embargo, sólo recibieron dos pagos, uno de aproximadamente 27 mil pesos, y otro en diciembre pasado de 13 mil pesos por persona. Desde entonces, indican, no han recibido ni un sólo centavo.

Ya salió un laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a nuestro favor donde se reconoce que tenemos derecho a nuestras pensiones; sin embargo, argumentan que no hay dinero para hacer los pagos. Además, el síndico de la compañía, Alfonso Ascencio Truejeque, lo que hace es enredar más el asunto, porque hizo una petición de amparo para llevarnos a un juicio que dure cinco años a fin de que cuando se tenga una resolución ya no haya dinero para liquidar nuestras jubilaciones.

Agregaron que continuarán con sus movilizaciones y que, además de la cafetería que comenzó a operar en el campamento hace tres meses, también venderán artículos con distintivos de Mexicana de Aviación a fin de obtener recursos.